La actuación de Álex Márquez en el Gran Premio de España dejó claro su talento y determinación. A pesar de una clasificación inicial que no cumplió con sus expectativas, logró un segundo lugar gracias a una estrategia bien planificada y a aprovechar las circunstancias de la carrera. En un inicio complicado, superó a Bagnaia con habilidad y mantuvo una posición sólida durante todo el evento, incluso cuando Quartararo sufrió una caída inesperada.
El piloto reconoció los desafíos técnicos que enfrentó durante la competencia. Explicó cómo ciertas condiciones climáticas afectaron su rendimiento en las curvas izquierdas, un aspecto donde su hermano mostró superioridad. Reconoció que intentar igualar la técnica de su hermano resulta arriesgado y que probar nuevas líneas en la pista puede llevar a errores inevitables. Sin embargo, se mostró optimista sobre las oportunidades de mejora en el warm up, destacando que el uso del neumático medio podría ser clave para avanzar en futuras competencias.
Álex valoró positivamente el segundo puesto obtenido, subrayando que aunque no todo salió perfecto, fue una experiencia valiosa. Este resultado le enseñó que adaptarse a diferentes situaciones es crucial en el deporte. Además, expresó su admiración por la pasión de los aficionados españoles, especialmente en lugares icónicos como Nieto y Peluqui, donde celebrar un podio tiene un significado especial. Su mensaje deja claro que la humildad y el aprendizaje constante son fundamentales para seguir creciendo en el mundo competitivo del motociclismo.