En el corazón de la primavera, una exposición innovadora ha cautivado a los visitantes del Centro Fundación Caja Rioja Gran Vía. Organizada por la Universidad Popular de Logroño y la Fundación Caja Rioja, esta muestra artística explora la relación entre los niños y la comida, ofreciendo un enfoque fresco y creativo sobre la nutrición. A través de diversas técnicas artísticas, los pequeños participantes han creado obras que reflejan su comprensión y percepción de los alimentos, abordando temas como la salud y el placer gastronómico.
Durante este mes de marzo, los visitantes pueden disfrutar de una exposición única en su género. Ubicada en el Centro Fundación Caja Rioja Gran Vía, esta muestra presenta una colección de trabajos realizados por los estudiantes más jóvenes de talleres familiares organizados por la Universidad Popular de Logroño. Las piezas están diseñadas específicamente para ser apreciadas desde una perspectiva infantil, con elementos colocados a baja altura para facilitar la interacción.
El recorrido comienza con impresionantes collages vegetales que emulan el estilo de retratos famosos, seguidos de autorretratos inspirados en reconocidas artistas. Los visitantes también encontrarán una cocina textil llena de alimentos hechos de fieltro, invitándolos a imaginar deliciosas preparaciones. Un enorme mantel colgado de la pared exhibe platos llenos de opciones saludables, mientras que cerámicas y animaciones stop-motion completan la experiencia.
Hasta el 22 de marzo, los espectadores pueden sumergirse en este mundo colorido e interactivo, donde incluso se les invita a contribuir con sus propias recetas. La exposición no solo es una celebración del arte infantil, sino también una oportunidad para reflexionar sobre cómo enseñamos a los niños a relacionarse con los alimentos.
Desde una perspectiva periodística, esta exposición nos recuerda la importancia de fomentar hábitos alimenticios saludables desde edades tempranas, utilizando herramientas creativas y divertidas. Además, subraya el papel crucial que juegan las instituciones educativas y culturales en la formación integral de nuestros jóvenes, mostrando que el aprendizaje puede ser tanto instructivo como placentero.