La celebración de matrimonios es un momento único en la vida de las parejas, donde cada detalle busca ser perfecto y atemporal. Sin embargo, los gustos y tendencias cambian con el tiempo, influenciados por factores sociales y culturales que marcan la época. Carmen de la Puerta, fundadora de Vogana, nos comparte su experiencia personal y cómo sus preferencias han evolucionado desde aquel día especial.
El 6 de julio de 2018, Carmen y Nacho intercambiaron votos en la histórica Iglesia de Santa María Magdalena en Sevilla, un templo barroco que data de finales del siglo XVII. La ceremonia fue el punto culminante de una historia de amor que comenzó cinco años antes. Carmen eligió un vestido a medida diseñado por Antonio García, inspirado en un look atrevido de Gucci que había cautivado su atención. El traje incluía detalles únicos como una abertura en el abdomen y mangas obispo, elementos que se convertirían en tendencia años después. Acompañada por un velo sencillo, joyería art déco y un ramo de peonías blancas, Carmen logró un look elegante y personalizado para su gran día.
Los años han pasado y con ellos, los gustos de Carmen también han cambiado. Si se casara hoy, optaría por un vestido más tradicional y etéreo, buscando una silueta que no pase de moda con el tiempo. También modificaría pequeños detalles como sus sandalias y el ramo de flores, prefiriendo opciones más sofisticadas y naturales. Además, reflexiona sobre la organización de la boda, reconociendo que una celebración más íntima y en temporada invernal sería su elección actual. Lo único que permanecería igual sería su esposo, pues afirma que "menos a mi marido, cambiaría muchas cosas". Esta evolución de estilo refleja la importancia de adaptarse y crecer junto a las circunstancias y experiencias de la vida.
Las bodas son momentos que capturan la esencia de una época, pero también representan el inicio de nuevas etapas. La capacidad de mirar hacia atrás y reconocer el valor de esos momentos, mientras se abraza el cambio y el crecimiento, es lo que realmente define estas celebraciones. Cada decisión tomada en ese día tan especial es un testimonio de quiénes éramos en ese entonces, y cada cambio deseado es una expresión de cómo hemos evolucionado. Este proceso de reflexión nos invita a apreciar tanto el pasado como el presente, siempre con optimismo y gratitud.