La exposición artística "Colcha de Recetas", obra de Maritza Sánchez, revive la esencia del espacio doméstico tradicional a través de elementos personales y familiares. Aunque las casas modernas reflejan estilos minimalistas y estandarizados, el núcleo emocional sigue siendo igual. Este proyecto rinde homenaje a su madre fallecida y a todas las mujeres cuidadoras de su linaje mediante bordados y objetos cotidianos.
El trabajo también explora temas profundos como los derechos humanos y las desigualdades de género, vinculándolos con prácticas ancestrales. A través de proyectos como Ancestra, Maritza utiliza la costura como herramienta para dialogar sobre violencias normalizadas en las familias. La muestra incluye relatos familiares y recetas que perpetúan el legado femenino.
La artista recrea un ambiente familiar clásico donde convergían múltiples actividades, destacando cómo estos espacios han cambiado formalmente pero mantienen su esencia. A pesar de las transformaciones estéticas actuales, el corazón del hogar sigue siendo un lugar de encuentro y cuidado.
En tiempos pasados, la sala y el comedor eran más que áreas funcionales; representaban un espacio vital donde ocurría gran parte de la vida diaria. Era aquí donde se realizaban tareas domésticas, se compartían alimentos y se tejían vínculos familiares. Para Maritza, este entorno simboliza no solo la memoria personal sino también una reivindicación del trabajo invisible realizado por las amas de casa. A través de piezas bordadas y objetos familiares, ella rescata la importancia de estas prácticas cotidianas que definen nuestras identidades culturales y emocionales. Este enfoque permite reflexionar sobre cómo el concepto de cuidado ha evolucionado sin perder su esencia fundamental.
A través de su obra, Maritza celebra el legado de las mujeres cuidadoras de su familia mientras aborda cuestiones contemporáneas relacionadas con los derechos humanos y la equidad de género. Su proyecto Ancestra fusiona diversas disciplinas para generar conversaciones significativas.
El homenaje a su madre y a otras mujeres de su familia trasciende lo meramente nostálgico al integrarse con causas sociales actuales. A través de iniciativas como Ancestra, Maritza utiliza técnicas artesanales como la costura para crear diálogos sobre temas complejos como la violencia doméstica y las desigualdades de género. Este enfoque combina lo personal con lo político, utilizando objetos y narrativas familiares para desnaturalizar patrones de comportamiento dañinos. La exposición incluye no solo obras visuales sino también publicaciones con relatos e instrucciones que invitan a las personas a reconectar con sus propios orígenes y aprender de las generaciones anteriores. De esta manera, Maritza construye puentes entre pasado y presente, celebrando el legado femenino mientras promueve cambios positivos hacia una sociedad más justa.