La actriz catalana Ángela Cervantes, nacida en 1993, ha capturado la atención del público y la crítica con su actuación en "La furia", una película dirigida por Gemma Blasco. Reconocida recientemente en el Festival de Málaga por su desempeño protagónico, Cervantes ya había sido nominada a los premios Goya por sus trabajos en "Chavalas" y "La maternal". En esta nueva obra, ella interpreta a una actriz violada durante una fiesta de Nochevieja, explorando emociones complejas como el asco, la vergüenza y la ira. Su interpretación no solo pone en evidencia las barreras sociales que enfrentan las mujeres, sino que también destaca la necesidad de narrativas más inclusivas en el cine español.
En un otoño cargado de emociones, Barcelona se convirtió en el escenario donde Ángela Cervantes dio vida a una historia cruda y poderosa. Desde su infancia, acompañó a su hermano Álvaro en su camino artístico, pero fue con la directora Gemma Blasco con quien encontró su verdadero debut cinematográfico. Aunque su papel en "La furia" llegó después de otras producciones, este filme parece marcar un antes y un después en su carrera. Con cada interpretación, Cervantes demuestra que la representación auténtica de la mujer moderna puede transformar el panorama cultural. En conversaciones con la prensa, menciona cómo luchó contra estereotipos corporales y cómo aprendió a abrazar su identidad personal sin compromisos externos.
El personaje central de "La furia" lleva al espectador a través de una tormenta emocional que explora temas profundos como la culpa social y la autocensura. La actriz habla sobre cómo las mujeres son juzgadas constantemente por sus decisiones, especialmente en situaciones traumáticas. Esta experiencia le permitió conectar con otros roles, como el de la víctima en "Jauría", donde enfrentó retos similares.
Desde su perspectiva, Ángela enfatiza la importancia de directoras como Gemma Blasco y Pilar Palomero para ampliar la voz femenina en la industria. Sin embargo, reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer para incluir historias de otros colectivos marginados.
Con su talento innegable y su disposición para romper moldes, Cervantes se posiciona como una figura clave en el movimiento hacia un cine más diverso e inclusivo.
Para muchas personas, la interpretación de Ángela es más que un papel; es un llamado a la acción. Nos invita a cuestionar nuestras propias percepciones y a buscar formas de apoyar voces silenciadas. Su dedicación a trascender barreras nos enseña que el arte tiene el poder de cambiar vidas, tanto dentro como fuera de la pantalla.