En el corazón del Atlético de Madrid, Antoine Griezmann enfrenta uno de los desafíos más importantes de su carrera. El francés, clave en el equipo bajo la dirección de Diego Simeone, atraviesa un periodo de bajón físico y goleador que preocupa tanto a aficionados como al cuerpo técnico. A pesar de las palabras de confianza de su entrenador antes del enfrentamiento contra el Real Madrid en Champions League, Griezmann no logró responder con el rendimiento esperado. Ahora, con el Atlético eliminado de Europa, el jugador necesita revitalizarse para encarar los tres torneos restantes, especialmente LaLiga, donde un duelo crucial contra el Barcelona se avecina.
La temporada ha mostrado dos caras distintas para Griezmann. En sus inicios, el delantero destacó con 11 goles y seis asistencias entre octubre y diciembre. Sin embargo, desde principios de año, su rendimiento ha disminuido considerablemente. En los últimos once partidos domésticos, solo ha anotado una vez, mientras que su promedio de valoración en Sofascore refleja esta caída con una puntuación de 7,1 en marzo, comparada con un sólido 8,0 en diciembre. Este declive coincide también con un patrón histórico: en temporadas anteriores, Griezmann ha experimentado oscilaciones similares en su segunda mitad de curso.
Uno de los factores clave detrás de este fenómeno es la acumulación de minutos sobre el terreno de juego. Con 2.934 minutos disputados en 41 partidos, siendo titular en 35 de ellos, Griezmann lidera la lista de jugadores más utilizados por Simeone. Esta sobrecarga física contrasta con la juventud de Julián Álvarez, quien, aunque acumula menos tiempo en cancha, tiene una edad ventajosa (25 años) frente a los 32 de Griezmann.
Este contexto simboliza un cambio generacional dentro del club. Mientras Griezmann, máximo goleador histórico del Atlético con 197 tantos, ve cómo su influencia empieza a menguar, jóvenes talentos como Álvarez representan el futuro del equipo. Aunque siempre ha contado con el apoyo incondicional de Simeone, quienes ven al francés jugar notan cada vez más su falta de frescura. Un ejemplo claro fue su actuación reciente contra el Getafe, donde mostró un bajo nivel en posesión y precisión.
Ante esta situación, la afición colchonera debate sobre si debe darse más oportunidades a Joaquín Sorloth, quien ha demostrado ser eficaz saliendo desde el banquillo. Sin embargo, muchos aún confían en que Griezmann pueda revivir su mejor versión justo a tiempo para enfrentar al Barcelona este domingo. Este encuentro será especial para el francés, ya que al ingresar al campo del Metropolitano igualará a Lionel Messi como el jugador extranjero con más partidos disputados en LaLiga (520). Una ocasión perfecta para recordar al mítico número siete que ha iluminado tantas tardes rojiblancas.
El próximo compromiso contra el Barcelona puede marcar un punto de inflexión en la trayectoria de Griezmann esta temporada. Si bien su presente parece opacado por las exigencias físicas y la competencia interna, su historial demuestra que tiene la capacidad de reponerse. Para el Atlético, recuperar a su estrella en plenitud sería fundamental no solo para aspirar a títulos, sino también para mantener vivo el legado de uno de sus jugadores más emblemáticos en la historia moderna del club.