En un periodo de 71 días, el Real Madrid ha enfrentado una exigente agenda deportiva con 22 partidos consecutivos. Esta maratónica temporada culminó en una semana particularmente agotadora que incluyó enfrentamientos contra Rayo Vallecano, Atlético de Madrid y Villarreal. Carlo Ancelotti, técnico del equipo blanco, expresó públicamente su descontento ante los escasos tiempos de descanso entre encuentros. El entrenador italiano dejó claro que el club no aceptará jugar futuros partidos con menos de 72 horas de recuperación, apoyándose en las recomendaciones de la FIFA.
En un otoño lleno de compromisos deportivos, el Real Madrid se ha visto obligado a competir bajo una presión extenuante. Durante estos meses, los jugadores han tenido que enfrentarse a una densa agenda sin suficiente tiempo para reponer energías. La situación llegó a su punto máximo cuando, tras un partido frente al Atlético de Madrid que concluyó a las 23:43, tuvieron que iniciar otro apenas 66 horas después contra Villarreal. Este calendario apretado ha generado tensiones internas dentro del club y hacia LaLiga.
Carlo Ancelotti, visiblemente molesto, declaró en rueda de prensa que esta sería la última vez que el equipo jugaría con tan poco descanso. Su postura fue reforzada por el canal oficial del Real Madrid, que comunicó que el club buscará amparo en la FIFA para garantizar un mínimo de 72 horas de reposo entre partidos. En marzo de 2023, el organismo mundial estableció estas directrices como medida para proteger la salud física de los atletas.
Los jugadores también manifestaron su insatisfacción. Thibaut Courtois señaló que este esquema afecta negativamente tanto a los equipos como a los propios deportistas, aumentando el riesgo de lesiones. En el vestuario, se percibió una falta de respeto hacia el esfuerzo realizado por los integrantes del plantel.
Desde la perspectiva de un periodista deportivo, es evidente que el debate sobre los tiempos de descanso entre partidos refleja una creciente preocupación por la salud de los futbolistas. La posición firme del Real Madrid puede abrir un precedente importante en la relación entre clubes y ligas organizadoras. Es necesario encontrar un equilibrio que permita mantener el nivel competitivo sin comprometer la integridad física de los jugadores. Este caso podría ser un ejemplo clave para futuras negociaciones en el ámbito del fútbol profesional.