En las Islas Canarias, el mojo verde es una salsa que ha cautivado a muchos con su aroma fresco y sabor intenso. Esta receta, que se ha transmitido de generación en generación, utiliza ingredientes como cilantro, ajo y comino para crear una mezcla única que complementa perfectamente los platos locales. Descubrimos cómo esta salsa, junto con las papas arrugadas, se ha convertido en un ícono de la gastronomía canaria, ofreciendo una experiencia culinaria memorable tanto para locales como para visitantes.
En un día soleado del mes de febrero, nos adentramos en la cocina de las Islas Canarias para aprender a preparar uno de sus tesoros culinarios más apreciados: el mojo verde. Este condimento, originario de estas islas, destaca por su intenso sabor a hierbas frescas, especialmente al cilantro, que antes no era muy popular pero hoy en día es adorado por muchos.
Para elaborar este manjar, primero se pelan cuatro dientes de ajo y se eliminan los centros para evitar un sabor demasiado fuerte. Luego, en un mortero, se machacan hasta formar una pasta junto con un manojo de cilantro fresco, una cucharadita de comino en grano y un poco de cayena. Se añade lentamente 90 ml de aceite de oliva y un chorrito de vinagre de vino blanco, mezclándolo todo hasta obtener una salsa homogénea. Finalmente, se prueba y ajusta la sal al gusto.
Esta salsa es ideal para acompañar desde las tradicionales papas arrugadas hasta pescados al horno, creando una combinación irresistible que invita a degustar cada bocado con deleite.
Desde mi perspectiva como periodista, el mojo verde representa mucho más que una simple salsa. Es un testimonio vivo de la rica historia y cultura culinaria de las Islas Canarias. Su preparación no solo transmite sabores, sino también tradiciones y emociones que conectan a las personas con su herencia. Cada vez que pruebo esta salsa, me doy cuenta de cuánto puede significar un plato tradicional para la identidad de un lugar y su gente.