En una declaración conjunta, varias organizaciones españolas han expresado su inquietud por la posible eliminación del prospecto físico en los medicamentos dispensados en farmacias. Estas instituciones temen que reemplazar el formato físico exclusivamente por versiones digitales pueda generar barreras de acceso a información crucial y poner en riesgo la salud de millones de personas, especialmente aquellos colectivos más vulnerables. Además, consideran que el plazo de cinco años propuesto por la directiva europea para esta transición es insuficiente, ya que la brecha digital es profunda y requiere un tiempo adicional para garantizar una adaptación inclusiva.
En un día soleado y cargado de preocupación, representantes de diversas organizaciones se reunieron para abordar un tema de suma importancia en el ámbito sanitario. En la capital española, figuras destacadas como Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial; Jesús Aguilar, del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos; Carina Escobar, de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes; Ana Sánchez, de la Organización de Consumidores y Usuarios; y José Manuel Freire, de la Plataforma de Mayores y Pensionistas, compartieron sus pensamientos durante una conferencia de prensa.
Los asistentes al evento subrayaron que la desaparición del prospecto en papel podría aumentar significativamente la brecha digital, afectando principalmente a personas mayores, polimedicadas o con limitados conocimientos digitales. Estos grupos necesitan la información en formato físico para asegurar el uso correcto de sus tratamientos. Además, respaldaron el manifiesto europeo sobre la información electrónica de productos (ePI), que insta a los legisladores a conservar el prospecto impreso y utilizar el formato electrónico solo como complemento.
Desde la perspectiva de un periodista, este debate ilustra la importancia de no dejar atrás a nadie en la era digital. La transformación tecnológica en el sector sanitario debe ser progresiva y equitativa, asegurando que todos, independientemente de su edad o habilidades digitales, puedan acceder a la información vital que necesitan para cuidar su salud. Es fundamental que las autoridades consideren estas voces y adopten medidas que garanticen una transición justa y efectiva.