Cada 27 de marzo, se celebra en todo el mundo una fecha dedicada a uno de los alimentos más antiguos y apreciados: el queso. Aunque no existe una institución oficial detrás de esta efeméride, su celebración ha sido impulsada por productores y amantes de este producto lácteo, quienes buscan destacar su diversidad cultural y sus múltiples formas de consumo. En Argentina, el Provolone ocupa un lugar privilegiado debido a su sabor intenso y su textura firme. Con una maduración mínima de siete meses, este queso elaborado con leche de vaca es ideal para acompañar frutas frescas o integrarse en recetas culinarias como pastas, ensaladas y risottos.
En el marco del Día Mundial del Queso, surge la oportunidad de explorar recetas que exalten al Provolone, un ingrediente versátil que combina perfectamente con sabores dulces y salados. Según expertos queseros con más de cien años de experiencia, como los de Santa Rosa, este tipo de queso puede transformar cualquier plato. Para celebrar esta ocasión, se proponen dos preparaciones: papines rellenos y un risotto cremoso.
Los papines cocidos y gratinados ofrecen una base ideal para mezclar jamón cocido, ajo y romero fresco, mientras que el Provolone añade un toque especiado. Por otro lado, el risotto permite experimentar con hongos, manteca y vino blanco antes de incorporar el queso rallado. Ambas recetas resaltan cómo el Provolone puede elevar cualquier presentación culinaria.
Además, este queso encuentra su pareja perfecta en los vinos dulces de cosecha tardía, creando una armonía única entre lo salado y lo dulce que despierta el paladar.
En un día tan especial, estas propuestas invitan a disfrutar del encanto del Provolone en casa.
Desde una perspectiva gastronómica, esta celebración demuestra cómo un simple alimento puede convertirse en una obra maestra cuando se explora su potencial creativo. Más allá de ser solo un ingrediente, el Provolone simboliza la tradición y la innovación en la cocina argentina, recordándonos que cada bocado puede ser una experiencia inolvidable.