El 28 de mayo marca el Día de la Higiene Menstrual, una fecha clave para resaltar la necesidad de educación e información sobre este proceso natural. Un estudio reciente realizado por Nosotras revela que un alto porcentaje de mujeres deseaban más orientación en su infancia o adolescencia sobre sus ciclos. Solo una pequeña fracción de las encuestadas se sintió preparada para enfrentar su primera menstruación, destacando la importancia de eliminar los mitos y estigmas asociados.
En un mundo donde la menstruación aún es vista con cierto silencio, las cifras del Global V-Taboo Tracker son alarmantes. En un ambiente cálido y comprensivo, solo un 20% de las mujeres encuestadas declararon estar preparadas emocionalmente para recibir su primera menstruación, mientras que tan solo un 10% vivió ese momento con orgullo. En un esfuerzo por cambiar esta realidad, el Programa Colegios ha estado llevando charlas informativas a estudiantes en varias ciudades principales durante años. Estas sesiones han beneficiado a más de medio millón de niñas y adolescentes en diversas regiones, proporcionándoles kits de cuidado personal además de conocimientos fundamentales.
Además de estos programas presenciales, existe una plataforma digital que ofrece asesoramiento anónimo con especialistas en salud femenina. Este recurso gratuito permite que las usuarias aborden inquietudes relacionadas no solo con cambios físicos, sino también con problemas psicológicos como la baja autoestima o el acoso escolar.
Desde una perspectiva cultural, aunque la conversación pública está creciendo, todavía queda mucho camino por recorrer para erradicar el estigma. La falta de información sigue siendo un obstáculo significativo para el bienestar integral de millones de jóvenes en todo el planeta.
Desde esta celebración anual, se reitera la urgente necesidad de romper con viejos patrones y ofrecer una formación adecuada que permita vivir este fenómeno biológico con plena normalidad.
Como periodista, este reporte me hace reflexionar sobre cómo nuestras sociedades deben avanzar hacia una mayor apertura y aceptación de temas considerados "tabú". Educando desde temprana edad y brindando recursos accesibles, podemos construir una generación que vea la menstruación como parte natural de la vida, eliminando prejuicios innecesarios y promoviendo un entorno más empático y consciente.