La noticia de última hora el jueves sorprendió a la caravana del Tour de Francia mientras regresaba de Courchevel: la organización anunciaba una modificación importante en la decimonovena y penúltima etapa. Esta etapa, que va de Albertville a La Plagne, representa el adiós a los imponentes Alpes y es la última oportunidad para competidores como Jonas Vingegaard de desafiar el maillot amarillo que ostenta Tadej Pogacar.
El cambio en el trazado se debe al descubrimiento de un foco de dermatosis nodular contagiosa en el ganado bovino en la zona del Col des Saisies, un puerto de segunda categoría que los ciclistas debían ascender al inicio de la etapa. La organización del Tour, en un comunicado, explicó que esta enfermedad animal implica el sacrificio del ganado afectado. Para evitar posibles perturbaciones en la carrera y por respeto a los ganaderos, se tomó la decisión, en coordinación con las autoridades, de desviar el recorrido y omitir el paso por el Col des Saisies. Esta medida también busca prevenir manifestaciones de ganaderos en la ruta.
La salida simulada de la etapa se ha retrasado hasta las 14:30 horas y se realizará en las afueras de Albertville. Posteriormente, los ciclistas se dirigirán a la carretera D925 para la salida oficial. El pelotón retomará la ruta original poco antes de Beaufort, manteniendo el trazado previsto desde ese punto. Como resultado de esta modificación, la longitud de la etapa se ha reducido a 95 kilómetros, 34,9 kilómetros menos de los 129,9 kilómetros originalmente planificados.
A pesar del recorte, la etapa seguirá siendo un formidable reto, incluyendo tres puertos de montaña. Poco después del inicio, los corredores afrontarán el exigente Col du Pré, con 12,6 kilómetros y una pendiente media del 7,7%. Casi de inmediato, ascenderán el Cormet de Roselend, de 5,9 kilómetros al 6,3%. Finalmente, tras un largo descenso, la etapa culminará en La Plagne, una subida imponente de 19,1 kilómetros al 7,2%, un ascenso donde Miguel Indurain protagonizó una memorable exhibición en 1995.