Con la llegada de la temporada alta, los establecimientos de hostelería en Málaga, particularmente aquellos ubicados en la costa, experimentan un auge en su actividad. Este incremento de clientes se traduce directamente en una mayor necesidad de personal. Se estima que, solo en el mes de agosto, se requerirán entre 5.000 y 6.000 trabajadores adicionales para satisfacer la demanda del sector. No obstante, persiste una carencia de mano de obra con la capacitación adecuada, lo que lleva a que muchas posiciones sean ocupadas por estudiantes que regresarán a sus estudios al concluir el verano, o a que los negocios se vean obligados a extender sus horarios de cierre.
Durante los últimos dos años, se ha observado un incremento constante en las contrataciones dentro de la hostelería, con un promedio mensual de 100.000 trabajadores a nivel nacional, y picos que superan los 115.000 empleados en agosto. Esto representa un aumento de aproximadamente el 3% en comparación con el mismo período del año anterior, una tendencia que los representantes del sector consideran muy positiva. A pesar de que el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) registra 20.000 solicitantes de trabajo en hostelería, la escasez de personal con formación específica sigue siendo un obstáculo, dejando numerosas ofertas laborales sin cubrir.
La experiencia de José Carlos García, reconocido chef malagueño con una Estrella Michelín, ilustra la magnitud del problema. En una reciente búsqueda de personal para su restaurante, tanto en cocina (donde se requería formación básica) como en sala (con un mínimo de inglés), el SAE le proporcionó una lista de diez candidatos. Sorprendentemente, ninguno de ellos se presentó a la entrevista. Esta situación ha llevado al chef a buscar talento fuera de España, una medida que, aunque no es la preferida, a menudo se convierte en la única opción viable. Esta carencia de trabajadores especializados no se limita al turismo, sino que se extiende a otros ámbitos como el transporte, la construcción, la logística y la agricultura, lo que indica un problema estructural subyacente.
Una de las principales razones por las que muchas vacantes no se cubren es la percepción de los jóvenes hacia la formación en este sector. Es común escuchar a desempleados inscritos en el SAE rechazar ofertas de capacitación con la frase: "No voy a invertir dos años de mi vida para trabajar de camarero." Sin embargo, la formación pública ofrece rutas hacia posiciones bien remuneradas y con futuro, como sumiller, jefe de cocina o de sala. La delegada de Empleo de la Junta de Andalucía en Málaga, Carmen Sánchez, destaca que el sector ha evolucionado, ofreciendo ahora mayores posibilidades de conciliación laboral y personal, desmintiendo la antigua imagen de horarios interminables y poco flexibles.
Contrario a la creencia popular de que la hostelería ofrece bajos salarios y largas jornadas, el sector ha experimentado mejoras significativas. En 2024, se ha registrado un aumento salarial del 14%, posicionando los sueldos de cocineros y camareros en niveles sin precedentes. El presidente de MAHOS enfatiza que la hostelería malagueña cuenta con uno de los convenios salariales más elevados de España. Un camarero o cocinero de un hotel de cuatro estrellas puede percibir alrededor de 1.560 euros brutos (1.200 netos) al mes, mientras que un jefe de cocina o sumiller puede alcanzar entre 1.700 y 1.800 euros, a menudo superando el convenio debido a la alta demanda de estos perfiles.
A pesar de las mejoras salariales, Comisiones Obreras (CCOO) argumenta que la hostelería sigue siendo poco atractiva para los jóvenes, no tanto por los salarios, sino por las condiciones laborales, especialmente los horarios partidos. En ciudades como Málaga, el alto costo de la vivienda y la falta de transporte adecuado complican aún más la situación. Un alquiler en el centro de la capital ronda los 700 euros, y en municipios como Marbella, asciende a 900 euros. Esto obliga a muchos trabajadores a compartir vivienda o incluso a vivir en caravanas en las afueras, evidenciando que las condiciones de vida son un factor crucial en la decisión de aceptar un empleo en el sector.