La cola de caballo, ese peinado atemporal que siempre resulta una elección acertada, se redefine en la temporada cálida. Su simplicidad se fusiona con la sofisticación, ofreciendo un look juvenil y chic. Lo mejor de este estilo es su adaptabilidad, permitiendo una infinidad de variantes. Para el verano, la clave reside en la incorporación de un vistoso lazo, capaz de transformar un recogido básico en una declaración de moda. El cabello se mantiene natural, complementando la sencillez con un toque de glamour.
Los accesorios son protagonistas indiscutibles del verano, y los pañuelos lideran esta tendencia, ofreciendo innumerables formas de embellecer la melena. Ya sea envolviendo un moño o adoptando el estilo pirata, el pañuelo se convierte en un elemento distintivo. Lo mejor es que el cabello apenas necesita preparación, simplemente recogiéndolo hacia atrás. Además de su atractivo estético, los pañuelos actúan como una barrera protectora contra el sol, cuidando la fibra capilar.
El efecto mojado, o wet look, es un recurrente de los meses cálidos, evocando instantáneamente la sensación de vacaciones. Este estilo es increíblemente práctico y versátil. Se puede peinar todo el cabello hacia atrás o definir una raya, según la preferencia individual. La adición de una flor convierte este recogido en una opción fresca y elegante, ideal para cualquier ocasión veraniega. Para lograr este acabado, no es necesario mojar todo el cabello; basta con aplicar productos específicos en las secciones visibles.
El moño de bailarina, con su inherente feminidad, eleva el rostro y estiliza el cuello, creando un efecto lifting natural. Para el verano, se prefiere un acabado ligeramente despeinado, con textura y adornado con un delicado lazo. Incluso mechones sueltos o flequillos pueden añadir un encanto especial a este estilo. Su ejecución es sencilla: se recoge el cabello a la altura de la nuca, se sueltan algunos mechones al gusto y se aplica un producto de peinado para fijar y dar consistencia antes de asegurar con horquillas.
Los recogidos que aportan volumen, con un aire retro, regresan con fuerza, enmarcando el rostro y realzando la belleza natural. Para el verano, estos estilos se combinan con diademas vibrantes, que añaden un toque desenfadado y reducen la formalidad. Son especialmente favorecedores para rostros redondeados, a los que estilizan. El secreto para lograr este look reside en un buen cardado, comenzando con el cabello trabajado y elevando la raíz con cepillo y secador. Cada mechón se carda desde la raíz, se aplica laca y se recoge el cabello hacia arriba, asegurando la forma con más laca para una fijación duradera.