Ante la intensificación de las hostilidades en la zona limítrofe, un número alarmante de más de 138,000 habitantes tailandeses se ha visto forzado a abandonar sus hogares. Las provincias de Surin, Sisaket, Buriram y Ubon Ratchathani son las más afectadas, con miles de personas buscando refugio en 295 centros de acogida improvisados. Las autoridades tailandesas han justificado estas evacuaciones por la \"situación de desastre\" provocada por lo que describen como \"acciones armadas ilegales\" por parte de Camboya.
El primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, ha expresado una grave preocupación, señalando que los recientes enfrentamientos, los más severos en más de una década, podrían \"degenerar en una guerra\". A pesar de que la confrontación se mantiene localizada, la declaración subraya la seriedad de la situación y el riesgo inminente de una escalada mayor.
El Ministerio de Salud de Tailandia ha confirmado un sombrío balance de 14 fallecidos, incluyendo un militar, y decenas de heridos a causa de los choques armados. En un intento por proteger a la población civil, numerosas instituciones educativas en las zonas de riesgo han suspendido sus actividades, y algunos centros de salud han sido transformados en hospitales de campaña para atender a los afectados.
Las hostilidades se reanudaron el jueves tras semanas de creciente tensión, con ambas naciones acusándose mutuamente de iniciar los ataques. Tailandia ha reportado el uso de cazas F-16 contra objetivos camboyanos, mientras que Nom Pen, sin detallar ataques específicos, ha invocado su \"derecho soberano y territorial\" para repeler lo que considera una \"brutal agresión militar\" por parte de Tailandia.
La actual contienda es una manifestación de la profunda y prolongada disputa territorial que ha caracterizado las relaciones entre Tailandia y Camboya. La tensión se había agudizado en mayo, tras la muerte de un soldado camboyano en un enfrentamiento previo, sentando las bases para la reciente explosión de violencia.
El deterioro de las relaciones diplomáticas se ha manifestado con la retirada del embajador tailandés en Camboya y la expulsión del representante camboyano en Bangkok. Ante la gravedad de la situación, Nom Pen ha solicitado formalmente una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, buscando la intervención internacional para contener el conflicto y buscar una solución duradera.