Un reciente cierre ordenado por la Comisión Nacional del Agua ha generado preocupación entre las autoridades y habitantes de Naucalpan. La medida se tomó luego de detectarse anomalías en los sistemas de monitoreo de un pozo clave para el abastecimiento de agua en la región. Este importante recurso natural, vital para enfrentar la escasez hídrica, carecía de mecanismos adecuados para cuantificar su extracción, lo que podría implicar actividades irregulares.
La gestión responsable del agua subterránea constituye una obligación legal para todas las entidades involucradas. Los operadores deben informar periódicamente a CONAGUA sobre el volumen de agua extraído y cubrir los correspondientes derechos. Sin embargo, cuando estos sistemas de medición no funcionan correctamente, es imposible determinar con precisión qué cantidad de agua se está utilizando. En este contexto, pozos como los de San Andrés Atoto y La Hoja desempeñan un papel crucial al proporcionar más de 110 millones de litros diarios a comunidades afectadas, especialmente en áreas elevadas donde el suministro tradicional resulta insuficiente.
El uso responsable de tecnología avanzada puede marcar una diferencia significativa en la eficiencia del servicio público. Durante administraciones anteriores, inversiones considerables permitieron instalar sistemas automatizados que no solo optimizaban el funcionamiento de los pozos sino que también facilitaban el cumplimiento normativo. Estas herramientas monitorizaban aspectos esenciales como el flujo de agua, la presión y el tiempo de operación, lo que contribuía tanto a mejorar el mantenimiento como a reducir costos energéticos. Es necesario reforzar estas medidas tecnológicas para garantizar transparencia y evitar acusaciones infundadas.
La cooperación entre instituciones y ciudadanos es fundamental para proteger nuestros recursos naturales y asegurar un acceso equitativo al agua potable. Solo mediante prácticas responsables y el uso inteligente de la tecnología será posible enfrentar desafíos futuros relacionados con la escasez hídrica. Este caso subraya la importancia de mantener sistemas confiables de supervisión y reporte, así como fomentar una cultura de transparencia en el manejo de bienes comunes tan valiosos como el agua.