La falta de medicamentos es un problema que afecta directamente a los pacientes dependientes del sistema de salud pública. Personas con diversas condiciones médicas han expresado su preocupación ante la imposibilidad de obtener sus recetas en clínicas del IMSS e ISSSTE. Jesús López, quien enfrenta múltiples problemas de salud, ha tenido que buscar alternativas debido a la ausencia de fármacos clave para su tratamiento desde octubre pasado. Al no encontrar los medicamentos originales, se ve obligado a adquirir versiones genéricas que, aunque más económicas, no siempre garantizan la misma calidad y efectividad.
Otros testimonios refuerzan esta problemática. Bertha Sánchez, una paciente con diabetes, mencionó que nunca antes había regresado a casa sin recibir su medicación adecuada. Por su parte, Tere, diagnosticada con osteoporosis, aseguró que ya lleva tres meses intentando surtir su receta sin éxito. Estos casos son solo algunos ejemplos de cómo la escasez prolongada impacta negativamente en la calidad de vida de los derechohabientes, quienes deben enfrentarse a largas esperas o incluso gastos adicionales para cubrir sus necesidades médicas básicas.
Es fundamental reconocer el derecho inalienable de las personas a recibir atención médica completa y oportuna. La situación actual pone en evidencia la importancia de fortalecer los sistemas de distribución y abastecimiento dentro de las instituciones públicas de salud. Aunque existen desafíos logísticos, es imprescindible que las autoridades adopten medidas efectivas para resolver este problema, garantizando que todos los pacientes puedan acceder a los tratamientos necesarios sin interrupciones ni contratiempos. Solo así será posible construir un sistema sanitario más justo y eficiente para todos.