Un esfuerzo colectivo ha dado lugar a una obra que celebra y justifica la tauromaquia desde una perspectiva legal. Este libro, titulado Diez años de defensa jurídica de la tauromaquia, reúne ensayos escritos por destacados miembros de la Comisión Jurídica de la Fundación Toro de Lidia durante casi una década. Estos textos abordan cómo esta actividad, considerada un pilar cultural, encuentra su legitimidad dentro del marco jurídico vigente. Además, se incluyen análisis sobre la situación legal de la tauromaquia en diversos países con tradición taurina.
La presentación oficial tuvo lugar en la prestigiosa Fundación Ortega-Marañón en Madrid, contando con la participación de destacadas figuras vinculadas a este ámbito. Entre los oradores estuvo Zabala de la Serna, quien inició el evento destacando la importancia histórica de este proyecto. Él subrayó cómo hace una década la tauromaquia enfrentaba graves desafíos legales, pero hoy cuenta con sólidos fundamentos para su defensa. Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia, aprovechó la ocasión para expresar su gratitud hacia el equipo jurídico, cuya labor altruista ha sido crucial en la protección de esta tradición cultural. Aseguró que atacar la tauromaquia implica más que una simple oposición; supone un desafío a modos de vida arraigados en la sociedad.
Tomás Ramón Fernández, profesor emérito especializado en Derecho Administrativo, enfatizó que la cultura trasciende cualquier regulación legal. Según él, ningún legislador tiene autoridad para dictaminar sobre prácticas culturales ni eliminarlas arbitrariamente. Lorenzo Clemente cerró el acto destacando que lo jurídico no solo abarca leyes y sentencias, sino también las percepciones sociales sobre relaciones humanas. Defendió que preservar la tauromaquia significa proteger límites al poder político y garantizar derechos fundamentales. El libro ya está disponible en librerías selectas y plataformas digitales, contribuyendo así al rico catálogo editorial de la Fundación Toro de Lidia.
Este volumen representa una declaración de principios que une derecho y cultura. Más allá de la polémica, refleja el valor de conservar tradiciones que forman parte integral de nuestras identidades colectivas. Al mismo tiempo, invita a reflexionar sobre cómo las leyes pueden y deben proteger aspectos intangibles de nuestra herencia común, promoviendo un diálogo abierto y respetuoso entre diferentes visiones del mundo.