Un caso que ha generado gran preocupación internacional es el de Nahuel Gallo, un gendarme argentino detenido en Venezuela desde diciembre de 2024. Su pareja, María Alexandra Gómez, ha hecho un llamado público a las autoridades venezolanas para revelar más detalles sobre la situación legal y el paradero exacto del funcionario extranjero. Aunque se le acusa de participar en actividades relacionadas con un supuesto plan contra líderes políticos venezolanos, no se han presentado pruebas formales ni cargos legales específicos contra él.
El 8 de diciembre de 2024, Nahuel Gallo fue arrestado en San Antonio del Táchira bajo sospechas de ser parte de un grupo de "mercenarios" extranjeros involucrados en un plan que amenazaba a altos funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro. Según informaciones oficiales, su misión supuestamente consistía en organizar una operación especial para extraer a seis activistas opositores que se encuentran bajo protección en la Embajada de Argentina en Caracas. Sin embargo, hasta ahora no se han proporcionado evidencias claras que respalden estas acusaciones.
La incertidumbre ha aumentado debido a la falta de información oficial sobre su estado actual. Aunque en enero de este año se difundió una fotografía que lo mostraba internado en la prisión Rodeo I, sus familiares aún carecen de detalles precisos sobre su situación judicial y condiciones de detención. Por su parte, el gobierno argentino liderado por Javier Milei ha rechazado las acusaciones en su contra, calificándolas como infundadas e injustas.
Este caso resalta un panorama preocupante en cuanto a los derechos humanos en Venezuela. Organizaciones como Foro Penal han documentado la existencia de casi 900 presos políticos en todo el territorio nacional, entre ellos 66 extranjeros. Este contexto agrega complejidad al caso de Gallo, quien sigue siendo visto como una víctima de circunstancias confusas y opacas.
En medio de esta crisis humanitaria, el llamado de María Alexandra Gómez pone en relieve la necesidad de transparencia y justicia en el manejo de casos internacionales como este. La comunidad internacional observa con atención cómo evolucionan los acontecimientos, mientras tanto, las familias afectadas continúan esperando respuestas concretas sobre el destino de sus seres queridos.