En la madrugada del miércoles, Francia despidió a una de sus más icónicas figuras artísticas, Nicole Croisille, quien falleció a los 88 años tras una prolongada lucha contra la enfermedad. Reconocida por su versatilidad como cantante, actriz y bailarina, Croisille dejó un legado inolvidable en la cultura francesa, especialmente durante las décadas de los 60 y 70. Su carrera abarcó diversos géneros musicales, desde el jazz hasta la bossa nova, además de destacadas participaciones en teatro y cine. A través de canciones emblemáticas como ‘dabadabada’ y actuaciones memorables en obras teatrales, Nicole se convirtió en un símbolo de la época.

Nacida en Neuilly-sur-Seine en 1936, Nicole Croisille comenzó su trayectoria artística a temprana edad. A los 20 años, obtuvo su primer papel importante en la comedia musical "L’Apprenti fakir", dirigida por Jean Marais. Este paso inicial marcó el inicio de una carrera llena de logros y transformaciones. Luego de formar parte de la compañía de Josephine Baker, conoció a Marcel Marceau, con quien realizó giras internacionales que ampliaron su horizonte artístico. En Estados Unidos, Nicole encontró inspiración en el jazz y prestó su voz al famoso Playboy Club de Chicago.

Su gran salto llegó en la década de los 70, cuando lanzó éxitos como "Prez-moi de lui" y "Telephone-moi". Sin embargo, fue su interpretación de la banda sonora de la película "Un hombre y una mujer" (1966) lo que realmente la catapultó a la fama internacional. La melodía 'dabadabada' se convirtió en un emblema de aquella era cinematográfica. Más tarde, Nicole continuó explorando nuevos estilos musicales, regresando al jazz con álbumes como "Jazzille" y "Black et Blanche". También incursionó en la bossa nova con "Bossa d’hiver". Su última gran aparición musical ocurrió en 1985 con "Blues du businessman".

Más allá de la música, Nicole Croisille también brilló en el teatro. En 1992, cumplió uno de sus sueños al protagonizar la comedia musical estadounidense "Hello, Dolly!". A los 83 años, demostró su vitalidad al interpretar un papel en el vodevil "N’écoutez pas mesdames". Siempre fiel a su amor por el arte, Nicole declaró en una entrevista en 2017 que solo había cantado canciones de amor, consciente del impacto que tuvo en sus oyentes.

Con su partida, Francia pierde a una artista multifacética cuya voz resonará por generaciones. Nicole Croisille no solo encantó a través de su talento, sino que también simbolizó la resistencia y la pasión por el arte. Su legado perdurará en cada nota que interpretó y en cada escenario donde dejó huella.