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El ascenso de Vox: Un análisis de su resurgimiento político y su impacto en el panorama español
2025-08-02

En el panorama político actual de España, el partido Vox ha captado una atención significativa debido a su impresionante resurgimiento. Tras un período de relativa inactividad en los gobiernos regionales, la formación ha logrado revitalizarse, alcanzando niveles de apoyo que rivalizan con sus máximos históricos. Este auge, que se ha traducido en un aumento sustancial de votantes, lo posiciona como un actor clave en la política nacional. Su capacidad para mantener una base social leal, a pesar de las complejidades internas y las dinámicas cambiantes del escenario político, subraya su consolidación como una fuerza política duradera. Además, su estrategia de diferenciación frente a los partidos tradicionales y su enfoque en cuestiones como la inmigración han resonado con una parte considerable del electorado.

El último año ha sido transformador para la formación política, que ha visto su intención de voto dispararse del 9% en julio de 2024 al 14,8% en julio de 2025. Este crecimiento representa un incremento de seis puntos porcentuales y la adhesión de 1,4 millones de electores adicionales. Este desempeño lo acerca a su mejor registro, el 15,1% obtenido en las elecciones de 2019. A lo largo de los seis años transcurridos, Vox ha cimentado una base social que le permite resistir periodos de adversidad y prosperar en coyunturas favorables. A diferencia de otros partidos de reciente creación que experimentaron un rápido declive, la formación ha evitado una implosión, demostrando una resiliencia notable.

A pesar de este ascenso, la formación no está exenta de desafíos. Su líder, Santiago Abascal, si bien cuenta con el respaldo de sus seguidores, no posee un atractivo generalizado fuera de su base, y su gestión interna del partido ha sido objeto de críticas. La organización ha sufrido purgas y cambios constantes en sus filas, y figuras vinculadas a la extrema derecha han ganado protagonismo. La estructura territorial del partido es frágil, y ha enfrentado crisis recurrentes. Asimismo, su apoyo incondicional a figuras como Trump ha generado tensiones, especialmente en un contexto de disputas comerciales internacionales. Sin embargo, a pesar de estas debilidades, la formación se encuentra en un momento de auge, habiendo experimentado un crecimiento sostenido durante los últimos tres meses y atrayendo un número considerable de votantes que anteriormente apoyaban al Partido Popular. Este crecimiento podría acercarlo a partidos de derecha radical con gran influencia en Europa, como la AfD alemana, Chega! en Portugal o el partido de Wilders en los Países Bajos.

En el seno del Partido Popular, la situación se observa con cautela, aunque sin alarmismo. El reciente incremento en el apoyo a la formación ha coincidido con la declaración de Feijóo de no formar gobierno con Abascal, una postura que refleja la política del PP de evitar confrontaciones directas. Lo notable de esta coyuntura electoral es que ambos partidos, Vox y el PP, están experimentando un crecimiento simultáneo. La mayoría del PP en las encuestas se mantiene sólida, sin mostrar signos de desgaste por ciertos escándalos o controversias, lo que contrasta con la situación de otros partidos.

La brecha entre el PP y el PSOE se ha ampliado a 8,2 puntos, una tendencia al alza que se ha observado en los últimos meses. Este diferencial ha crecido de manera constante, desde los 1,3 puntos en las elecciones de 2023 hasta los 7,9 puntos del mes pasado. Esta dinámica sugiere que será necesario algo más que las alianzas políticas actuales para revertir esta tendencia. La pregunta fundamental es el porqué del continuo ascenso de la formación. Su crecimiento parece reflejar un profundo hartazgo en una sociedad que, a pesar de los discursos oficiales sobre una economía boyante, ve cómo muchos trabajadores y jóvenes no experimentan una mejora en sus condiciones de vida. La formación capitaliza también el cansancio ante la corrupción, la falta de transparencia y la percepción de que los problemas fundamentales nunca se resuelven. La formación ha adoptado con éxito el discurso antisistema, posicionándose como la alternativa más clara a los partidos tradicionales. Además, ha sabido aprovechar el “voto del miedo”, particularmente a través de un discurso centrado en la inmigración, donde una parte significativa del electorado apoya sus propuestas de deportación.

Un elemento clave a recordar, a menudo pasado por alto, es la relación temporal entre la aparición de la formación y la figura de Pedro Sánchez. Antes de la irrupción de Sánchez en el escenario político, la formación simplemente no existía, un hecho que, por diversas razones, es digno de consideración.

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