El 2 de agosto de 2020, Juan Carlos I emprendió un viaje decisivo. Tras una cena en Sanxenxo, se dirigió a Portugal, desde donde voló en un avión privado, dejando España atrás. Coincidiendo con su partida, la Zarzuela hizo pública una carta del Rey Emérito a su hijo, el Rey Felipe VI, en la que expresaba su disposición a facilitar el desempeño de las funciones reales y comunicaba su decisión de trasladarse temporalmente fuera del país. Esta \"salida momentánea\" ha trascendido en el tiempo, siendo ahora un exilio reconocido, con planes contemplados para un posible fallecimiento fuera de territorio español, como asumen fuentes cercanas a la Casa Real.
Los más de 1.800 días que el Rey Emérito ha vivido lejos de España, si bien representan un periodo de alejamiento, también han sido, según su entorno cercano, enriquecedores para él. Uno de sus confidentes, que mantiene contacto diario, subraya que Don Juan Carlos ha descubierto la verdadera naturaleza de sus amistades y ha aprendido valiosas lecciones sobre su propia familia, destacando el apoyo incondicional de sus hijas y nietos. Se confirma que mantiene comunicación con la Reina Sofía y que asiste a sus seres queridos en la medida de sus posibilidades.
La salida de Felipe VI a Abu Dhabi se justificó como un paso necesario para mitigar el impacto negativo en la Corona de las acusaciones sobre sus actividades económicas. En su comunicado, el Emérito expresó su \"absoluta disponibilidad\" para asegurar la tranquilidad y sosiego de las responsabilidades de su hijo. Esta motivación sigue siendo el pilar de su permanencia en el extranjero, ya que, según quienes le rodean, no se arrepiente de su decisión, considerándola un gesto de generosidad para proteger el reinado de su sucesor.
A pesar de su convencimiento inicial, la idea de un regreso a España fue una constante en los primeros años. En las Navidades de 2020, el ex monarca intentó volver, respaldado por tres regularizaciones fiscales que realizó con ayuda de amigos que le prestaron dinero para saldar sus deudas con Hacienda. Sus esfuerzos por regresar, incluso a través de medios de comunicación cercanos que transmitían su supuesta soledad, no surtieron efecto en la Zarzuela, que se mantuvo firme en su posición.
Don Juan Carlos, en un momento dado, atribuyó sus dificultades al entonces jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín. Sin embargo, su hijo, Felipe VI, le instó a confiar en él para salvaguardar su reputación y legado. El consejo de Alfonsín fue crucial para evitar que el Tribunal Supremo abriera una causa contra el Emérito, marcando una etapa de contención y estrategia en las relaciones entre padre e hijo.
En marzo de 2022, el Rey Emérito aceptó su vida en Abu Dhabi como una realidad permanente, comunicando su decisión a su hijo por carta. En esta misiva, destacaba la \"magnífica hospitalidad\" del país y su adaptación a un nuevo estilo de vida. Durante este periodo, Don Juan Carlos ha recibido frecuentes visitas de familiares y amigos, fortaleciendo lazos, incluso con figuras controvertidas como Abdul Rahman el Assir, su vecino en el emirato.
El cierre de las investigaciones fiscales y la oficialización de su residencia en Abu Dhabi abrieron la puerta a sus viajes a España. En su carta, Juan Carlos I manifestó su deseo de visitar el país con frecuencia y de mantener su vida personal y residencia en un ámbito privado, evitando pernoctar en el Palacio de la Zarzuela. Esto ha permitido la normalización de sus viajes, asistiendo a eventos familiares y reuniéndose con amigos, como su presencia en la celebración de la mayoría de edad de la Princesa Leonor y el funeral de su sobrino.
A pocos meses del 50 aniversario de su promesa de reinar \"para todos los españoles\", Juan Carlos I reflexiona sobre su legado. Consciente de que su contribución a la monarquía moderna y a la Transición española es innegable, se prepara para la publicación de unas memorias que, según su entorno, revelarán sus sentimientos y quizás hagan arrepentirse a muchos de su juicio. No obstante, esta iniciativa genera debate sobre la coherencia con su declarado deseo de privacidad, demostrando que su figura sigue siendo centro de atención y análisis, incluso en la distancia.
", "summary": "A cinco años de su partida, el Rey Juan Carlos I ha asumido que su \"exilio\" en Abu Dhabi es una realidad definitiva. Esta etapa le ha permitido reflexionar sobre sus amistades y fortalecer lazos familiares, pese a las tensiones persistentes con la Casa Real por asuntos como sus memorias y viajes. Quienes le rodean aseguran que no se arrepiente de su decisión, considerándola un acto de generosidad para la Corona, y que se prepara para el futuro, manteniendo un equilibrio entre la esfera pública y privada, mientras su legado sigue siendo objeto de análisis y expectativa