La inigualable Katie Ledecky, con una determinación férrea, defendió su corona en los 800 metros libre, consolidando su dominio absoluto en la disciplina. Su victoria no solo significó un nuevo oro en su impresionante palmarés, el séptimo en esta distancia desde el Mundial de Barcelona 2013, sino que también elevó su cuenta de medallas en campeonatos mundiales a una asombrosa cifra de treinta. Este triunfo es un testimonio de su longevidad y excelencia en un deporte donde ha redefinido los límites de la resistencia y la velocidad.
Summer McIntosh, la joven prodigio canadiense, se presentó como la principal amenaza al reinado de Ledecky. Con una osadía digna de admiración, McIntosh, la única nadadora que había superado a Ledecky en esta distancia en 2024, se atrevió a retar a la campeona. Su estrategia audaz, aunque finalmente infructuosa para el oro, demostró su inmenso potencial y la posiciona como una figura clave en el futuro de la natación. La carrera se vivió con una expectación palpable, pues solo ellas dos habían logrado tiempos por debajo de los 8:06.00 este año.
Desde el pistoletazo de salida, Ledecky imprimió un ritmo frenético, buscando desmarcarse de sus competidoras y establecer su autoridad. McIntosh y la australiana Lani Pallister respondieron al desafío, manteniéndose cerca en los primeros metros. Las tres nadadoras, visiblemente concentradas, se mantuvieron por debajo del récord mundial hasta los 550 metros. La tensión era palpable, con cada brazada resonando en el ambiente.
Cuando la fatiga comenzaba a hacer mella, y McIntosh tomó brevemente la delantera alrededor de los 700 metros, Ledecky exhibió su legendaria capacidad de reacción. Con un empuje final asombroso, la estadounidense aceleró para cruzar la meta con un tiempo de 8:05.62, dejando atrás a sus rivales. Lani Pallister, con una actuación sobresaliente, se llevó la plata (8:05.98), relegando a McIntosh al bronce (8:07.29). La victoria de Ledecky fue una exhibición de fortaleza mental y física, reafirmando su estatus como la mejor nadadora de la historia en las pruebas de fondo.
A pesar de no haber alcanzado el oro en esta ocasión, Summer McIntosh, quien cumplirá 19 años pronto, se encuentra en un punto de inflexión en su carrera. Su valiente desafío a Ledecky ha marcado un antes y un después. A partir de septiembre, McIntosh iniciará una nueva etapa de entrenamiento bajo la tutela de Bob Bowman, el aclamado preparador de Michael Phelps, en la Universidad de Texas. Este cambio estratégico promete potenciar aún más sus habilidades y consolidarla como una fuerza dominante en la natación mundial en los años venideros.
La jornada del campeonato mundial también fue escenario de otras emocionantes competiciones. Gretchen Walsh se alzó con la victoria en los 50 metros mariposa, Kaylee McEown dominó los 200 metros espalda, Cameron McEvoy fue el más rápido en los 50 metros libre, y Maxime Grousset se impuso en los 100 metros mariposa. Además, Estados Unidos logró un nuevo récord mundial en el relevo 4x100 libre mixto (3:18.48), una prueba relativamente joven que sigue sorprendiendo con marcas impresionantes. España, por su parte, demostró su crecimiento al terminar séptima, tras haber batido su récord nacional en las semifinales.