La elección del vestido de novia es uno de los momentos más cruciales en la planificación de una boda. Para Virginia, este proceso fue tanto un viaje de autodescubrimiento como una colaboración creativa. A través de su experiencia, aprendimos que confiar en el instinto y conectarse con un diseñador que comprenda tus deseos puede llevar a resultados asombrosos.
Virginia nos cuenta que el pedido de matrimonio le tomó por sorpresa, pero pronto se dio cuenta de que quería algo diferente. En lugar de seguir las tendencias tradicionales, buscó inspiración en diseños menos convencionales. Fue durante esta búsqueda que descubrió el trabajo de Luis Infantes, un diseñador sevillano con sede en Madrid. Su estilo minimalista y contemporáneo resonó profundamente con ella, y desde el primer momento supo que él era el indicado para materializar su visión.
Luis Infantes es conocido por sus piezas elegantes y atemporales. Cuando Virginia visitó su taller, confirmó que había encontrado al diseñador perfecto. La química entre ellos fue inmediata, y esto sentó las bases para una colaboración exitosa. “Fue un flechazo absoluto”, recuerda Virginia. “Sabía que Luis entendería mis ideas y las convertiría en realidad”.
A pesar de tener una idea clara de lo que no quería, Virginia aún estaba abierta a explorar diferentes posibilidades. Luis destacó que uno de los elementos clave fue su deseo de usar zapatos negros. “Para mí, el negro simboliza fuerza y carácter”, explica Luis. A partir de esta premisa, comenzaron a dar forma a un diseño que combinaba texturas únicas y detalles masculinos. El resultado fue un vestido de tweed de lana, con puños en organza de seda y bandas cruzadas en crepe que daban un toque distintivo.
El vestido también incorporaba una capa que podía quitarse fácilmente, permitiendo que la prenda evolucionara a lo largo de la celebración. Este aspecto versátil fue crucial para Virginia, quien quería sentirse cómoda y adaptable durante todo el día. Luis asegura que cada detalle fue pensado para resaltar la personalidad de la novia, creando un look que era tanto sofisticado como funcional.
Los accesorios juegan un papel vital en completar cualquier outfit nupcial. Virginia y Luis trabajaron juntos para seleccionar piezas que complementaran el vestido sin restarle protagonismo. Después de decidirse por unos zapatos de tacón negros de Roger Vivier, buscaron joyas que tuvieran significado especial. Virginia encontró los pendientes perfectos en el joyero de su abuela, quienes habían sido regalados por su abuelo hace 45 años. “Sentí que era la forma ideal de llevar a mi abuelo conmigo ese día tan especial”, reflexiona Virginia.
El ramo, otro elemento importante, fue diseñado para ser sencillo y minimalista. Optaron por rosas blancas de jardín, una opción elegante y atemporal que encajaba perfectamente con el resto del look. Cada detalle fue cuidadosamente considerado para garantizar coherencia y armonía, creando un conjunto que reflejaba la esencia de Virginia.
Virginia buscaba un maquillaje y peinado que la hicieran lucir favorecida, pero natural. Confianza en Saray Sojo, experta en belleza, quien ayudó a crear un look con un toque glow. El cabello de Virginia quedó suelto con ondas sutiles, mientras que el maquillaje resaltaba sus rasgos sin alejarse demasiado de su apariencia cotidiana. “Quería sentirme como yo misma, solo un poco mejor”, comenta Virginia. Este enfoque resultó ser un acierto, ya que logró capturar la esencia de la novia sin perder su autenticidad.
Virginia aprendió que seguir el instinto es fundamental para que el resultado sea un éxito. “La persona que mejor te conoce eres tú misma, así que escúchate y hazte caso”. Además, enfatizó la importancia de dedicar tiempo a buscar proveedores que se adecúen a tu estilo y puedan captar cada detalle especial del día. “El día de la boda pasa volando, y habrá momentos que solo recordarás a través de las fotos”.