Oliver Gower, actual líder de los servicios de ciberseguridad en FTI Consulting para España, comparte su extensa experiencia y visión sobre cómo ha evolucionado este campo en la última década. Su trayectoria profesional, que incluye roles clave como subdirector de Ciberseguridad de la Agencia Nacional contra el Crimen del Reino Unido (NCCU) y presidente del Grupo de Trabajo de Cibercrimen de la Unión Europea, le ha permitido observar directamente el cambio radical en la percepción pública y empresarial hacia las amenazas digitales. En una entrevista reciente, Gower destacó cómo la ciberseguridad ha pasado de ser un concepto desconocido a convertirse en una prioridad global, marcada por avances tecnológicos como la inteligencia artificial y tensiones geopolíticas como la guerra en Ucrania.
Gower menciona que al principio pocos comprendían lo que significaba protegerse en el mundo digital. Sin embargo, con el aumento de los crímenes cibernéticos y la fragmentación del ecosistema digital, se hizo evidente la necesidad de abordar estos desafíos desde nuevas perspectivas. A medida que los ciberdelincuentes comenzaron a utilizar herramientas avanzadas, también surgió la exigencia de respuestas igualmente sofisticadas, lo que obligó a reevaluar métodos tradicionales de seguridad física. Este proceso incluyó no solo mejorar las capacidades técnicas, sino también fomentar una mayor colaboración entre países y sectores.
Uno de los aspectos más relevantes señalados por Gower es el impacto de la guerra en Ucrania en la dinámica de la ciberseguridad. Según él, esta situación ha generado una fragmentación del mercado digital, donde aunque podría pensarse que existen menos ataques, en realidad hay un incremento en la cantidad y diversidad de ellos, provenientes de grupos con menos ética y mayores recursos. Además, recalca cómo la proliferación de la inteligencia artificial ha democratizado el acceso a estas amenazas, permitiendo que casi cualquier persona pueda lanzar un ataque sin conocimientos técnicos previos.
En cuanto al papel de Europa, Gower destaca su liderazgo en la creación de regulaciones clave como NIS 2, la Ley de Ciberresiliencia y DORA. Estas normativas buscan tanto prevenir incidentes como minimizar sus efectos cuando ocurren, especialmente enfocándose en áreas como la cadena de suministro, que históricamente han sido vulnerables. A pesar de esto, reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer, particularmente entre pequeñas y medianas empresas que ignoran o no implementan adecuadamente dichas regulaciones.
Finalmente, Gower insiste en que la única manera efectiva de combatir estas amenazas es mediante la colaboración. Esto implica compartir información sobre ataques exitosos o fallidos, así como tácticas y estrategias comunes utilizadas por los ciberdelincuentes. Solo trabajando juntos —empresas, instituciones y gobiernos— será posible construir un entorno digital más seguro frente a un futuro cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología.
La perspectiva de Oliver Gower refleja claramente que la ciberseguridad ya no es solo una preocupación técnica, sino un tema estratégico crucial. Con la convergencia entre lo digital y lo físico aumentando exponencialmente, la capacidad de anticiparse y responder a estas amenazas definirá la estabilidad y seguridad de sociedades enteras en años venideros. Es fundamental adoptar una mentalidad colaborativa y estar preparados para enfrentar un panorama que seguirá siendo dinámico y complejo.