El Gran Premio de Miami promete ser una prueba inolvidable debido a las condiciones climáticas cambiantes que podrían alterar el desarrollo de la carrera. Aunque el sol ha estado presente durante los entrenamientos, con temperaturas superiores a los 30°C, las previsiones meteorológicas indican que la lluvia podría tener un papel protagónico el día de la competencia. Este cambio atmosférico introduce incertidumbre entre los equipos y abre la posibilidad de sorpresas en el circuito estadounidense.
Hasta ahora, el clima soleado ha acompañado todo el fin de semana de actividades en Miami. Sin embargo, según la información proporcionada por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), las probabilidades de precipitaciones aumentan conforme avanza el calendario hacia el domingo. La clasificación del sábado parece estar libre de tormentas, aunque se anticipa un ligero cambio en el escenario climático después de esta sesión. Las primeras señales de lluvia podrían aparecer alrededor de dos horas posteriores a la clasificación esprint.
El panorama para el domingo es mucho más incierto. Los pronósticos apuntan a la llegada de una tormenta significativa durante la tarde, justo cuando se desarrollará la carrera principal. Según los datos actuales, existe una probabilidad del 40% de que el sexto gran premio de la temporada se dispute bajo condiciones húmedas. Esto marcaría la segunda ocasión en 2025 en que los pilotos enfrenten este tipo de desafíos, tras el emocionante GP de Australia celebrado en Melbourne, donde Lando Norris logró imponerse en pista mojada.
El impacto de estas condiciones puede variar considerablemente dependiendo de la intensidad y duración de las precipitaciones. Aunque las altas temperaturas podrían favorecer un secado rápido de la pista, siempre y cuando la lluvia disminuya, esto no asegura un retorno completo a la normalidad antes del final de la jornada dominical. Si la lluvia persiste, como sugieren algunos modelos meteorológicos, los equipos deberán adaptarse rápidamente, seleccionando estrategias y neumáticos adecuados para competir eficientemente.
Esta situación plantea interesantes oportunidades para los pilotos experimentados en condiciones difíciles. En particular, Lando Norris podría repetir su éxito en Melbourne, especialmente considerando su victoria anterior en Miami hace un año, aunque aquella vez fue bajo un cielo despejado. Ahora, la historia podría escribirse de manera diferente si las previsiones se cumplen y la lluvia juega un papel determinante.
Más allá de las expectativas climáticas, lo que está claro es que el GP de Miami promete emoción y suspense hasta el último momento. El impacto de las condiciones ambientales sobre la estrategia de los equipos y la performance de los pilotos será clave para decidir quién cruzará primero la línea de meta. Con tantas variables en juego, esta carrera tiene todas las características para convertirse en una de las más memorables de la temporada.