El circuito de Miami presentó desafíos únicos que pusieron a prueba las capacidades de todos los equipos. Con un enfoque estratégico en los neumáticos medios, Carlos Sainz logró colocarse en tercer lugar detrás de los imponentes Mercedes. Sin embargo, al cambiar a los compuestos blandos, experimentó una ligera caída hasta la segunda fila, quedándose tan solo a una décima del campeón mundial, Max Verstappen, quien arribó recientemente a Florida tras convertirse en padre por primera vez. Esta cercanía en tiempos es un testimonio claro del progreso continuo del equipo Williams.
Las sensaciones generales son optimistas, especialmente considerando el sólido desempeño de Alexander Albon, quien ocupó la quinta posición. Este resultado sugiere que el FW47 podría estar más cerca de los grandes equipos que de la apretada batalla en la zona media. En este contexto, el circuito de Miami ofrece oportunidades inéditas para cerrar brechas y redefinir posiciones antes de la clasificación oficial.
Un factor inesperado que afectó varios intentos clave fue el accidente de Bearman a pocos minutos del final de la sesión. Esto impidió que algunos de los principales contendientes completaran vueltas con los neumáticos blandos, alterando significativamente las dinámicas competitivas. Por ejemplo, Lando Norris estaba rodando a menos de dos décimas de Oscar Piastri, lo que probablemente lo hubiera colocado en la segunda posición si no fuera por la interrupción.
Asimismo, los Mercedes, que habían mostrado solidez con los neumáticos medios durante gran parte de la sesión, no pudieron registrar tiempos finales debido a las circunstancias externas. A pesar de ello, el escenario sigue siendo prometedor para aquellos equipos dispuestos a asumir riesgos calculados y buscar sorpresas en una carrera donde solo hay un entrenamiento previo a la clasificación.
Fernando Alonso enfrentó dificultades adicionales al situarse en la décima posición, utilizando los neumáticos blandos. La diferencia de ocho décimas respecto al Williams subraya preocupaciones significativas sobre el rendimiento actual del equipo británico. En este caso específico, Aston Martin introdujo piezas nuevas cuyo propósito no era mejorar directamente el rendimiento, sino ajustar la carga aerodinámica y reducir el arrastre para adaptarse mejor a las características del autódromo, caracterizado por largas rectas y pocas curvas rápidas.
Por otro lado, Lance Stroll ofreció una visión más realista de las capacidades del AMR25, revelando que la Q1 será probablemente el techo de ambición para el equipo. Sin embargo, Fernando Alonso, conocido por sus actuaciones excepcionales en clasificaciones, podría revertir esta tendencia y sorprender a todos con un desempeño sobresaliente cuando realmente importa.