En la madrugada de un viernes, el mundo del periodismo perdió a Óscar Muñoz, un destacado profesional que luchó contra el cáncer durante más de una década. Nacido en Barcelona en 1971 y vinculado al diario La Vanguardia desde 1995, Muñoz dejó huella con su meticulosidad y dedicación. Su carrera se centró en temas locales, incluyendo movimientos sociales, inmigración, política municipal e infraestructuras. A pesar de los paréntesis forzados por su enfermedad, siempre regresaba con entusiasmo a la redacción, donde produjo numerosos reportajes rigurosos hasta su último artículo publicado póstumamente.

Un Perfil de Vida y Carrera

En la vibrante ciudad de Barcelona, bajo un cielo cargado de historia y modernidad, nació Óscar Muñoz en 1971. Este apasionado padre de dos hijas, Clara e Irene, y esposo de Marta, desarrolló una carrera impecable como periodista en La Vanguardia. Desde sus inicios en 1995, Muñoz cubrió eventos clave como el surgimiento de movimientos antiglobalización y las protestas por la regularización de inmigrantes. Su trayectoria abarcó diversas áreas, desde economía hasta urbanismo, siempre destacando por su precisión y rigor. Como líder sindical, defendió firmemente a sus compañeros durante tiempos difíciles para la prensa escrita.

Los años de lucha contra el cáncer no detuvieron su pasión por el periodismo. Con una actitud resiliente, continuó contribuyendo con reportajes cuidadosamente elaborados. Su última obra, publicada tras su partida, refleja su compromiso inquebrantable con la verdad y la calidad informativa.

Desde la perspectiva de quienes trabajaron con él, Óscar Muñoz fue mucho más que un colega; fue un referente moral y profesional. Su capacidad para conciliar posiciones opuestas y su profundo respeto por la integridad periodística le granjearon admiración tanto entre sus compañeros como entre la dirección de La Vanguardia.

La desaparición física de Muñoz deja un vacío, pero también un legado inspirador. Su ejemplo nos recuerda que, incluso frente a adversidades personales, es posible mantener vivo el espíritu de servicio público y la búsqueda incansable de la verdad. En un mundo donde la rapidez a menudo prima sobre la precisión, su vida es un testimonio poderoso de cómo la dedicación y la integridad pueden marcar diferencias significativas en cualquier campo profesional.