Entrar en X, Instagram o cualquier otra red social es encontrar un clima de hostilidad constante. Hace semanas, Pablo Motos y David Broncano fueron objeto de ataques, y ahora también Iker Jiménez. Los políticos, las mujeres, los colectivos LGTBIQ+ y la inmigración son frecuentes objetivos de la ira de los usuarios. Esto se ha convertido en un problema cada vez más difícil de controlar.
El proyecto Hatemedia, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, ha analizado casi 10 millones de datos de X, Facebook y webs de medios de comunicación digitales españoles. Los resultados son alarmantes, ya que demuestran la extensión del odio en las redes sociales.
"La sociedad política se construye sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo entre posturas encontradas, no sobre la posibilidad de liquidar al enemigo", explica Julio Montero. El odio ataca dos pilares esenciales de la democracia: el respeto a la verdad y el respeto al ciudadano que piensa diferente. Si esto no se cumple, la democracia se diluye y puede terminar siendo un recurso para liquidar a los oponentes.
El 35% de los mensajes analizados promueven el odio político, el 35% es odio xenófobo y misógino, y el 30% es un odio general. Esto muestra la amplitud del problema y la necesidad de tomar medidas para frenarlo.
El lugar preferido para incitación al odio son los comentarios de los medios de comunicación. Aunque los medios en sí no promueven el odio, la presencia de mensajes de odio en sus comentarios es preocupante. La UNIR ha establecido cuatro niveles de intensidad del odio: incívico, malintencionado, insulto y amenaza.
El 63% de los mensajes de odio analizados promueven un clima de hostilidad mediática, mientras que el 37% fomentan un clima de violencia mediática. Esto demuestra la gravedad del problema y la necesidad de tomar medidas para combatirlo.
Según el estudio, los odiosos parecen actuar de forma coordinada para repetir ideas y diseminar el odio. Son personas como una ama de casa o un estudiante, no influencers. La clave para frenar el odio es cambiar la mentalidad y generar acciones preventivas.
El Monitor de Odio está al servicio de los medios informativos y los agentes públicos para ayudar a detectar y prevenir la presencia de expresiones de odio. Esto es esencial para proteger la democracia y la convivencia social.