En el último invierno, una nueva tendencia en moda emergió desde las calles nevadas de Aspen. Inspirada en las estéticas retro y las influencias del cine, la moda de los abrigos de pelo se ha convertido en un must-have para enfrentar los días más fríos del año. Estos diseños, que evocan los años dorados del cine y la televisión, han sido adoptados por celebridades como Kendall Jenner y Hailey Bieber, quienes han llevado esta moda a nuevas alturas. Los abrigos de pelo, tanto reales como sintéticos, se presentan en una variedad de estilos, desde piezas oversize hasta versiones con estampados animales, ofreciendo opciones para todos los gustos y ocasiones.
En pleno corazón del invierno, mientras las modelos disfrutaban de la temporada de esquí en Aspen, Colorado, la estética "Mob wife" comenzó a tomar forma. En un ambiente donde la elegancia y el lujo son protagonistas, las celebridades optaron por abrigos de pelo que recordaban a las icónicas series televisivas. En Copenhague, un abrigo amplio de color chocolate se destacaba en el street style, creando looks monocromáticos que no pasaban desapercibidos. En las redes sociales, influencers compartían imágenes de ellos mismos vestidos con chaquetas cortas de pelo, virales en TikTok, y diseños largos inspirados en el estilo "après ski", combinados con monos deportivos. Las marcas también se sumaron a la tendencia, presentando innovaciones como cuellos extraíbles o estampados atrevidos, incluyendo diseños de piel de vaca y colores vibrantes como el burdeos. Desde Zara hasta Saks Potts, las firmas ofrecieron versiones accesibles y sofisticadas, adaptándose a las necesidades de los consumidores modernos.
Esta moda no solo es una declaración de estilo; también refleja un cambio en la forma en que las personas perciben la moda sostenible. Los abrigos sintéticos y los descuentos en prendas de temporadas anteriores permiten a los compradores disfrutar de la tendencia sin comprometer sus valores éticos ni su bolsillo.
Desde un punto de vista periodístico, este fenómeno sugiere que la moda está evolucionando hacia una fusión de lo clásico y lo contemporáneo, donde las referencias culturales y el respeto al medio ambiente juegan un papel cada vez más importante. La elección consciente de materiales y la reinterpretación de estilos vintage muestran que la moda puede ser a la vez nostálgica y vanguardista, ofreciendo alternativas que satisfacen tanto a los amantes de la tradición como a los defensores de la innovación.