En el corazón de Colombia, nació una empresa que revolucionó la gastronomía del país. Lo que comenzó como un pequeño restaurante familiar en Pereira se transformó en una cadena nacional con más de dos siglos de historia. Con su propuesta innovadora y sabor inigualable, Frisby conquistó paladares en todo el territorio colombiano, expandiéndose a diversas ciudades y convirtiéndose en un ícono de la comida rápida local. La evolución de este negocio refleja no solo el éxito empresarial, sino también la adaptación cultural y el espíritu emprendedor de sus fundadores.
En aquel lejano año de 1977, durante el otoño dorado, Alfredo Hoyos Mazuera y Liliana Restrepo Arenas decidieron embarcarse en una nueva aventura culinaria en el centro de Pereira. Inspirados por las experiencias de Alfredo en Estados Unidos, donde completó sus estudios secundarios en una academia militar, introdujeron al público local un plato desconocido pero fascinante: el pollo frito estilo americano. Este plato, inicialmente ofrecido junto a pizzas, tuvo tal acogida que pronto se convirtió en la estrella indiscutible del menú.
La popularidad de este manjar creció rápidamente, llevando a la pareja a abandonar la preparación de pizzas y centrarse exclusivamente en su especialidad. Así nació Frisby, nombre elegido por su similitud fonética con "frisbee", un objeto juguetón que resonaba con los clientes locales. Desde entonces, Frisby ha crecido exponencialmente, llegando a importantes centros urbanos como Bogotá y Medellín, y estableciendo presencia en más de medio centenar de municipios.
Hoy, Frisby es mucho más que una cadena de restaurantes. Con cerca de cinco mil empleados y casi trescientos establecimientos, la compañía ha diversificado su oferta con marcas como Wingz, especializada en alitas de pollo, y Sarku Japan, dedicada a la cocina oriental. Además, en reconocimiento a su fundador, Frisby inauguró hace varias décadas un instituto tecnológico en Dosquebradas, continuando su legado de innovación y educación.
Tras la partida de Alfredo en 2020, Liliana Restrepo asumió la dirección ejecutiva, liderando desde la sede administrativa en Dosquebradas. Bajo su guía, Frisby continúa escribiendo capítulos inspiradores en la historia de la gastronomía y el emprendimiento colombiano.
Desde su humilde origen hasta convertirse en un referente nacional, Frisby demuestra que la pasión, la innovación y la persistencia pueden transformar un simple sueño en una realidad exitosa que perdura a lo largo del tiempo.