El gobierno de Estados Unidos ha anunciado una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que ayude a desmantelar las redes financieras del grupo libanés Hezbollah. Además, el Departamento del Tesoro ha impuesto sanciones a individuos y empresas vinculadas al grupo. Estas medidas forman parte de la estrategia de "máxima presión" contra Irán y buscan debilitar a Hezbollah económicamente.
La política busca exponer las conexiones entre Hezbollah e Irán, así como interrumpir actividades ilegales como el contrabando de petróleo. Estados Unidos subraya su compromiso con la estabilidad en Líbano al combatir las fuentes de financiamiento del grupo terrorista.
El Departamento de Estado de EE.UU. ofrece incentivos económicos para desarticular las estructuras financieras de Hezbollah. A través de esta medida, se busca identificar y bloquear los flujos monetarios que sostienen sus operaciones terroristas. Este enfoque incluye tanto la cooperación internacional como la vigilancia local.
Las autoridades estadounidenses han destacado que Hezbollah utiliza métodos encubiertos para generar ingresos significativos, colaborando con organizaciones como la Guardia Revolucionaria de Irán. La red emplea compañías ficticias que facilitan transacciones ilícitas relacionadas con el comercio de combustibles y otros recursos estratégicos. Esta compleja infraestructura financiera permite que el grupo mantenga su influencia regional a pesar de las restricciones globales.
Además de la oferta de recompensas, el Departamento del Tesoro ha tomado acciones directas al imponer sanciones sobre entidades y personas clave en Líbano. Estas figuras son acusadas de ayudar a eludir regulaciones internacionales mediante prácticas corruptas. El objetivo es limitar la capacidad del grupo para seguir expandiendo su poder político y militar.
En particular, las sanciones afectan a cinco individuos y tres corporaciones identificadas como componentes vitales dentro del sistema económico de Hezbollah. Las autoridades argumentan que estas entidades participan activamente en actividades prohibidas, como el tráfico ilegal de productos petroleros. Al mismo tiempo, Washington recalca su intención de proteger la soberanía libanesa frente a la dominación de grupos armados respaldados por Teherán. Según declaraciones oficiales, EE.UU. continuará utilizando todas las herramientas disponibles hasta que Hezbollah cese de ser una amenaza para el pueblo libanés.