El ciclo menstrual puede tener un impacto significativo en cómo nos sentimos y en nuestro rendimiento físico. Las fluctuaciones hormonales experimentadas durante este período pueden afectar tanto nuestra energía como nuestras emociones, influyendo directamente en nuestras actividades diarias y entrenamientos. Expertos en fitness sugieren que ajustar nuestras rutinas de ejercicios y alimentación a las distintas fases del ciclo puede mejorar no solo nuestro bienestar sino también la efectividad de nuestros esfuerzos físicos. Además, mantenernos activas puede ayudar a reducir los síntomas incómodos asociados con ciertas etapas del ciclo.
Las mujeres en edad fértil atraviesan diversas transformaciones hormonales a lo largo del mes. Laura Carreño, una entrenadora personal destacada, explica que estas variaciones hormonales pueden causar cambios físicos, mentales y emocionales que repercuten directamente en nuestro desempeño. Durante algunas fases, es común sentirse más cansada o menos motivada para realizar ejercicio. Sin embargo, estudios demuestran que continuar con actividades regulares e incluso entrenar puede aliviar estos síntomas. Por ejemplo, cuando las hormonas como estrógenos y progesterona fluctúan, esto puede alterar la respuesta corporal al ejercicio, afectando desde la resistencia hasta la capacidad de recuperación.
Además de las hormonas, otros factores como la temperatura corporal, el nivel de estrés, el descanso y la nutrición también juegan un papel crucial en el rendimiento. La experta enfatiza la importancia de adaptar tanto el tipo de ejercicio como la dieta a cada fase del ciclo. Durante la menstruación, por ejemplo, algunas mujeres pueden optar por actividades más suaves como yoga o caminatas si se sienten menos energéticas. En contraste, aquellas que mantienen altos niveles de energía pueden seguir sus rutinas habituales sin problemas. El ejercicio tiene además un efecto analgésico natural, liberando endorfinas que mejoran el estado de ánimo y reducen el dolor.
La alimentación también debe ser considerada. Las necesidades nutricionales varían según la fase del ciclo, especialmente en términos de metabolismo y apetito. Alimentos ricos en potasio, Omega 3, fibra y hierro son ideales durante la menstruación, mientras que alimentos que proporcionan energía rápida, como arroz o pasta, pueden ser beneficiosos después de la menstruación. Estas adaptaciones ayudan a mantener un equilibrio entre la energía y el bienestar, permitiendo a las mujeres aprovechar al máximo cada etapa de su ciclo menstrual.
Ajustar nuestras rutinas de ejercicio y alimentación a las diferentes fases del ciclo menstrual puede optimizar nuestro bienestar y rendimiento. Mantenernos activas durante todas las etapas del ciclo no solo mejora nuestra salud física, sino que también puede aliviar síntomas molestos como la fatiga y el dolor. A través de una comprensión más profunda de cómo nuestras hormonas influyen en nuestro cuerpo, podemos hacer ajustes inteligentes que nos ayuden a sentirnos mejor y lograr nuestras metas de manera más eficiente.