Marcos, a los seis años, mencionó un incidente menor. A los ocho, una pregunta persistente de su madre, Andrea, sobre abuso sexual, le arrancó un \"sí\". Hoy, a los 16, Marcos reside con su madre, mientras sus hermanos mayores, Tomás y Francisco, viven independientemente. Pablo, el padre, comienza a reestablecer el vínculo con Tomás, uno de los que lo acusaron. Tras una década de señalamientos y estigmatización por parte de la justicia, la sociedad y los medios argentinos, Pablo ha sido exonerado de todos los cargos. Su ex esposa, Andrea Vázquez, en un paralelismo con el \"caso Juana Rivas\" español, manipuló a dos de sus hijos para enviarlo a prisión y a una institución neuropsiquiátrica. En un extenso diálogo, Pablo, con una tristeza palpable, describe su situación actual, a pesar de su absolución en 2023 por falta de pruebas.
\"Son más de diez años de un karma irreparable\", confiesa Pablo, \"un daño que ha cercenado lazos, la capacidad de transmitir a mis hijos, y me ha aniquilado emocional, laboral y económicamente. También destrozó a mis padres. Esto no es un simple disparo; es una explosión que afecta a muchos. Y el daño psicológico infligido a mis hijos tampoco tiene remedio, ¿comprendes?\". Su declaración es contundente. Ghisoni, médico de 57 años especializado en reproducción asistida, añade: \"Las denuncias falsas persisten porque quienes las presentan no enfrentan consecuencias. Esto se ha vuelto una tendencia, y en Argentina es común encontrar a alguien con un familiar afectado por una acusación falsa\".
La acusación falsa le costó a Pablo casi tres años de libertad, la mayor parte en un neuropsiquiátrico. Aunque suene paradójico, este traslado fue un alivio, ya que un día en la cárcel lo llevó al borde del suicidio. \"La gente no dimensiona lo que es pasar por un proceso penal con detención. Te encuentras con personas que hablan un idioma completamente distinto, incomprensible, y claramente te sientes ajeno a la población carcelaria\", relata Ghisoni.
Pablo Ghisoni y Andrea Vázquez, ambos médicos, se conocieron en 1999 durante su residencia. Diez años después, se separaron. Andrea exigió 6.000 dólares mensuales, amenazando con impedirle ver a sus hijos. Durante tres años, Pablo no pudo verlos hasta que un juez le otorgó la custodia de los tres hijos debido a la negativa sistemática de Andrea a cumplir las órdenes judiciales. \"Debe ser algo muy grave para que un juez otorgue la custodia exclusiva al padre\", señala Pablo, quien recuerda cómo su relación y su familia comenzaron a desmoronarse, en parte por la obsesión de Andrea de que sus dos hijos mayores fueran reconocidos y educados como superdotados.
\"Ella estaba convencida de su genialidad\", explica Pablo. \"Eso significó cinco colegios en cinco años, y llevar a los niños a psicólogas que solo entendían de eso, y luego a expertas en abuso. Así es como ella teje sus trampas. Fundó una ONG, Sapiens, para abordar el tema del 2% de la población superdotada. Yo, en cambio, solo quería que mis hijos tuvieran una vida normal. Le advertí que si los llevaba a la televisión para presentarlos como superdotados, me iría de casa\". Andrea los llevó al programa y mantuvo su cruzada. Un día, Francisco llegó al club donde la familia practicaba deportes, y unos niños le preguntaron burlonamente por la raíz cuadrada. \"Nunca quiso volver\".
Sus hijos fueron manipulados, pero él también. \"Claramente. Es una psicópata narcisista y muy manipuladora. Lo entiendo...\", expresa Pablo. Sin embargo, le resulta difícil recuperar la relación con Tomás, su hijo del medio. \"Marcos tenía seis años y estaba en manos de una mente perversa y manipuladora. Considero a Marcos completamente inocente. Con Tomás, las sensaciones son diferentes, porque tenía 13 años cuando se presentó la denuncia de abuso y, a los 18, también habló muy mal de mí\". A Pablo le cuesta encontrar la palabra, pero finalmente la halla: saña. Siente que su hijo del medio se extralimitó, que siguió a su madre, pero con una crueldad excesiva. Tomás es el mismo hijo que en julio cambió el rumbo del caso y de su vida al grabar un video en el que admitía haber mentido, que las denuncias de abuso sexual y de abuso sexual con acceso carnal agravado por parentesco eran falsas.
\"Mi nombre es Tomás Ghisoni. Siendo adolescente, acusé falsamente a mi padre de algo muy grave. Crecí escuchando que mi papá era peligroso, que nos había lastimado, que nos golpeaba. No fue una mentira inventada por mí; fue una historia sostenida, repetida, impuesta por una figura adulta en la que yo confiaba plenamente: mi madre\". El video conmocionó a un país que seguía la historia desde hacía más de una década. Ni siquiera fue difundido por Tomás, quien lo envió primero a su abogado para una opinión: el video llegó a un grupo de WhatsApp de abogados y desde allí se filtró a los medios.
¿Podrá Pablo perdonar a Tomás? Llevará tiempo. Días atrás, el canal de noticias LN+ puso en directo a Tomás con su padre. Pablo no había sido avisado y rompió a llorar al escuchar al hijo que no veía desde hacía más de diez años. También estaba Juan, su suegro, padre de Andrea, quien habló avergonzado. \"La verdad es que estoy destrozado. Al enterarme de esta terrible mentira que tejió mi hija, la desconozco. Fue criada con todo el amor y todo lo que se puede dar a una criatura. Es una mentira terrible, sin asidero, sin fundamento, sin absolutamente nada. Durante mucho tiempo la apoyé, como cualquier padre apoya a un hijo que cree bien criado. Pero el tiempo me demostró lo contrario. Fue capaz de inventar semejante barbaridad contra su pareja y puso en riesgo la salud mental de mis nietos, porque esto es falso. Hace unos meses me acusó a mí de una posible violación a una sobrina, lo cual es completamente falso. Quiero aclarar algo: mi hija maltrata o acusa de pedófilo a toda persona que no le da la razón al 100%. Según ella, todos somos pedófilos\". Tomás y Pablo hablaron, pero evitaron el diálogo directo. El médico sintió que el programa lo había tendido una emboscada, no quería que su primer diálogo con su hijo fuera televisado. De nuevo, ¿podrá el padre perdonar al hijo?
\"Una noche estaba cenando con Fran en el club. Fran se estaba escribiendo con Tomás, y entonces me pasó el teléfono. Tomás comenzó a contarme lo que estaba viviendo, las dudas que habían surgido en él a partir de conversaciones con su abuelo, la nueva realidad que estaba viendo. Me dijo que quería verme y pedirme perdón\". \"Entonces le comento su estado de WhatsApp, él tiene una frase en latín, 'Ius est ars boni et aequi', que significa 'El derecho es el arte de lo bueno y de lo equitativo'. Y le escribo: 'Res non verba'. Es decir, hechos, no palabras\". Padre e hijo recurrían al latín para el reencuentro. Tomás, estudiante de Derecho, quería exponer ante las comisiones del Senado y la Cámara de Diputados, donde se tramita una ley contra las denuncias falsas. Una diputada de Javier Milei, Lilia Lemoine, quiere bautizarla como \"Ley Ghisoni\", y Carolina Losada, ex periodista de la Unión Cívica Radical (UCR), la impulsa en la Cámara alta.
Pero el padre aún no confiaba en el hijo, temía que la exposición tomara caminos extraños y que la ley por la que venía trabajando hace tiempo se viera perjudicada. Fue entonces cuando le sugirió hacer un video. Cinco minutos estremecedores que, según confiesa a EL MUNDO, grabó \"800 veces\" en un salón del edificio donde vive, hasta que salió perfecto.
\"Todo esto comenzó en 2009, con la separación de mis padres. O incluso antes. Pasábamos la mayor parte del día con mi mamá, porque papá trabajaba, y ella empezó a cargarnos negativamente contra nuestro padre. Desde mis cinco años, veía a mi mamá llorar y me decía 'es por tu papá'\". Marcos, el menor, nació en 2009, cuando la familia ya estaba en proceso de desintegración. Cuando Pablo tenía la custodia de los tres hijos, cada vez que visitaban a la madre, las preguntas de la \"Juana Rivas argentina\" a Tomás y Marcos eran reiterativas: \"¿Qué te hizo, te pegó?\".
\"No nos daba la posibilidad de que nuestro papá no nos hubiera hecho algo\", recuerda Tomás. \"Y así empezaba esta especie de interrogatorio durante horas, horas, hasta que alguno de nosotros, mi hermano mayor Francisco o yo, con simplemente decir un sí a todas estas preguntas indicativas que nos hacía nuestra madre —¿te golpeó, te pegó, te tiraba del pelo, te maltrató, te gritó?—, con simplemente decir un sí era motivo suficiente para radicar una de las 40 denuncias que mi mamá le hizo a mi papá\".
Cuando Francisco, Tomás y Marcos visitaban a su madre, ella les concedía todos sus caprichos. Todo era un \"sí\", todo era posible. El padre, que vivía con ellos, imponía límites —\"basta de tanta televisión, dejen la PlayStation\"—, y la madre los eliminaba. \"A mí me iba bastante mal en el colegio, tenía una relación bastante complicada con mi hermano mayor, nos peleábamos bastante. También discutía mucho con papá. Como un adolescente normal\". \"Mi mamá empezó a decirle a Marcos que para poder quedarse con ella tenía que denunciar algo. '¿Tienes miedo? ¿Le tienes miedo a tu papá?'. Y bueno, entre llantos y lágrimas, Marcos dice sí. Y simplemente con decir sí fue suficiente para motivar al asistente social y que mi madre presentara una denuncia en la comisaría contra mi papá. Y de esa forma, nos quedamos de facto viviendo con ella\". Un día, al salir de la ducha, a Marcos se le cae la toalla y se agacha para recogerla. Su madre \"ve\" una supuesta lesión anal y comenzó a lanzar una sucesión de preguntas: qué te pasó, qué te metieron... Tantas preguntas llevaron a Marcos, de ocho años, a responder en algún momento con un \"sí\". La maquinaria de la justicia —luego se vería que no, que no era justicia— se puso en marcha. \"El pobre dijo sí, y así se desató todo el asunto\". El juez pidió que Marcos fuera examinado por peritos del cuerpo oficial de forenses, pero Andrea tardó dos años en cumplir esa orden. Finalmente llevó a su hijo menor a ser revisado por un perito de parte, y el juez aceptó la prueba como válida. ¿Cómo pudo aceptar eso? \"Me pregunto lo mismo\".
¿Y cómo es que Tomás llega a denunciar falsamente a su padre? \"Yo estaba convencido de que era así, de que mi papá había abusado sexualmente de mi hermano más chiquito, y ahí es cuando surge mi denuncia contra él de abuso sexual. ¿Por qué? Porque en el tiempo que vivimos con él, desde 2012 hasta 2016, esporádicamente, alguna que otra vez me bañé con él, nos bañamos juntos. Eso es lo que pasa, pero sin ningún tipo de índole sexual. Mi mamá me hace creer que esto es un abuso sexual. Y ahí es donde surge también mi denuncia. Lo denuncio por abuso simple, y mi hermano más chico por abuso con exceso carnal agravado por el vínculo\". \"Me convencí de algo que no sucedió, y salí en muchos medios hablando del tema y movilizando a la gente\", añade, antes de señalar a un psiquiatra, Enrique Stola. \"Tengo entendido que la mitad del año vive en España y la otra mitad aquí en Argentina. Fue psiquiatra de mi mamá y sostiene que ella está muy bien. Bueno, resulta que Stola está imputado en otras causas por falsa denuncia\".
Sobre Andrea, la madre, pende ya una denuncia penal. Tomás espera reconstruir la relación con su padre. Francisco tiene el alivio de haber visto desde el inicio la verdad, y la incógnita es el futuro de Marcos. Tomás se muestra optimista, enfoca su energía en la ley contra las denuncias falsas y advierte: la situación sigue siendo muy grave.
\"No me regocija que mi ex mujer vaya presa, pero hay algo de reparación ante semejante daño. El feminismo está bien, pero esto es otra cosa, esto es 'hembrismo', una política de género radicalizada que perjudica a las mujeres en general\". Andrea Vázquez es hoy subdirectora de Acceso a la Justicia en la Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza, un distrito de dos millones de habitantes gobernado por el peronismo desde el regreso de la democracia en 1983. Ni la falsedad de la denuncia ni ser el eje de un juicio penal hicieron que perdiera el puesto. Pablo Ghisoni está recuperando a sus hijos, pero siente que aún tiene mucho por hacer. \"La cantidad de gente dañada con esto es tremenda. Y dependiendo del color político que tengan, hay provincias que son terribles. Sucede mucho en los feudos del peronismo. Y el sistema judicial también está colonizado por ellos\".