Los resultados de una encuesta reciente han puesto de manifiesto un cambio significativo en el panorama político español, con una notable disminución en la intención de voto para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y un ascenso consolidado del Partido Popular (PP). La investigación de Sigma Dos para EL MUNDO indica que la presunta implicación del partido gobernante en casos de corrupción ha provocado un retroceso considerable en su apoyo, marcando la mayor caída de popularidad desde las últimas elecciones generales. Este descenso coloca al PP en una posición ventajosa, superando al PSOE en una distancia considerable en términos de escaños proyectados, mientras que Vox, el tercer partido en discordia, también experimenta un crecimiento en su base de votantes.
El informe subraya que el PSOE ha experimentado una pérdida récord de 1.6 puntos porcentuales en tan solo un mes, situándose en un 26.8% de intención de voto. Esta situación contrasta con el fortalecimiento del PP, que con un 34.7% de apoyo, podría asegurar 152 escaños en el Congreso, una cifra que iguala la suma de todas las formaciones que respaldaron la investidura del actual gobierno. Este escenario sugiere que el líder del PP, Feijóo, tendría un camino más despejado hacia la presidencia, necesitando solo el apoyo minoritario de partidos como UPN o Coalición Canaria y la abstención de Vox en una segunda votación.
La brecha electoral se amplía significativamente debido a la erosión del voto socialista, más que por un crecimiento extraordinario del PP. Cerca de 644,000 votantes que apoyaron al PSOE en las últimas elecciones generales han cambiado su preferencia hacia el PP, y un 18.3% de sus antiguos electores, que representan 1.4 millones de personas, ahora se encuentran indecisos. Estos datos evidencian que los escándalos de corrupción, como el caso Ábalos-Koldo-Cerdán, han generado una profunda desconfianza entre los ciudadanos, impactando directamente en la percepción del liderazgo de Pedro Sánchez y la gestión gubernamental.
La distribución territorial del apoyo electoral muestra que el PSOE mantiene una base sólida en Cataluña, el País Vasco y Navarra, donde aún podría asegurar una cantidad considerable de escaños. Sin embargo, en regiones clave como Andalucía y Madrid, el partido enfrenta un claro rechazo, con una preferencia marcada por el PP. Esta geografía del voto resalta la fragmentación política y las diferentes sensibilidades regionales que influyen en el panorama electoral español.
La coalición de gobierno también se ve afectada por el debilitamiento de Sumar, el socio minoritario del PSOE. Esta formación, liderada por Yolanda Díaz, ha visto mermado su apoyo electoral, obteniendo solo un 7.5% de intención de voto y proyectándose a la mitad de escaños que consiguió en las últimas elecciones. La fragmentación interna y la salida de partidos como Podemos han contribuido a esta disminución, dejando a la coalición con un total de 123 diputados, considerablemente menos que el PP.
Por otro lado, Vox emerge como una fuerza política robusta, consolidándose como la tercera fuerza en el Congreso. El partido ha incrementado su porcentaje de voto y el número de escaños, demostrando una alta fidelidad entre sus electores. No obstante, este crecimiento de Vox también representa un desafío para el PP, ya que una parte de sus votantes se inclina hacia la extrema derecha, lo que podría limitar el ascenso de Feijóo si no logra retener este segmento del electorado.
El sondeo también revela movimientos significativos en el electorado, incluyendo una transferencia de votos desde el PP hacia Vox, indicando un deseo de políticas más conservadoras por parte de algunos ciudadanos. Este fenómeno subraya la complejidad del panorama político y la necesidad de los partidos de afinar sus estrategias para conectar con las demandas de su base electoral. A su vez, Podemos, que ahora opera de forma independiente, muestra una representación residual, mientras que los partidos nacionalistas catalanes, ERC y Junts, así como los partidos vascos, EH Bildu y PNV, mantienen su influencia regional con ligeras variaciones en su apoyo.
En resumen, la situación política actual en España se caracteriza por una marcada polarización y una pérdida de confianza en el partido gobernante debido a cuestiones de corrupción. El Partido Popular capitaliza este descontento, posicionándose como la principal alternativa, mientras que Vox consolida su rol en el espectro político. Estos datos no solo reflejan un cambio en la preferencia de los votantes, sino que también anticipan un periodo de intensa actividad política, con el foco puesto en las próximas citas electorales y la capacidad de los partidos para adaptarse a las cambiantes demandas ciudadanas.