En el partido, el Madrid se mostró completamente fuera de sintonía. Su juego era incompleto y destartalado, sin la precisión y la armonía que se espera de un equipo de su nivel. No parecían estar unidos ni comprometidos en el campo, lo que les costó dearly. Los jugadores parecían perdidos y sin dirección, lo que les permitió al Getafe tomar el control del partido en varios momentos.
El Madrid no logró establecer un ritmo de juego estable ni un estilo de juego coherente. Sus ataques eran desordenados y sin sentido, y sus defensas estaban constantemente en peligro. Esto les llevó a cometer múltiples errores y a dejar espacios a su adversario, lo que les resultó muy costoso en el marcador.
Mbappé fue el punto de luz en un partido en el que el Madrid parecía desesperado. Logró un gol de los de antaño, un momento de magia en un momento en el que todo parecía ir mal para el equipo. Su habilidad y su destreza en el campo fueron evidentes, y lo hicieron el jugador más destacado del partido.
Sin embargo, a partir de ese gol, todo se desmoronó para Mbappé y el Madrid. Los errores comenzaron a acumularse, y Mbappé se vio envuelto en la desastrosa situación del equipo. Aunque intentó salvaguardar la situación, era difícil superar la cantidad de problemas que el Madrid estaba teniendo.
Los errores del Madrid fueron la piedra angular del partido desastrado. Solo ante el excelente Soria, el Madrid falló tres goles, lo que demuestra la falta de concentración y la falta de calidad en sus jugadores. Estos errores no fueron aislados, sino que se extendieron a través del partido, afectando a todos los aspectos del juego.
Los jugadores del Madrid parecieron distraídos y sin atención, lo que les llevó a cometer simples errores de pase, de defensa y de ataque. Esto les costó la victoria y les dejó con una sensación de frustración y de desilusión. Es importante analizar estos errores para evitar que se repitan en futuros partidos.