En una reciente conversación con el ministro de Transporte y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, se abordaron temas clave relacionados con la nueva legislación para servicios de transporte privado y un ambicioso proyecto de teleférico. Este nuevo marco legal busca resolver inquietudes sobre seguridad tanto para usuarios como para conductores, además de establecer estándares claros para los vehículos involucrados.
El ministro destacó la importancia de esta regulación al tiempo que explicó cómo se implementará una plataforma tecnológica para supervisar a las empresas y garantizar que cumplan con los requisitos legales. Además, se discutieron detalles técnicos sobre cilindradas y otros aspectos relevantes para este sector en crecimiento.
La nueva ley busca poner fin a una década de operaciones sin regulación clara por parte de plataformas como Uber. Se ha desarrollado un sistema integral que incluye tanto normativas específicas como herramientas tecnológicas para monitorear y asegurar que todos los participantes cumplan con altos estándares de seguridad y calidad.
Desde hace años, la falta de regulación generó diversos problemas relacionados con la seguridad. Conductores y pasajeros enfrentaban situaciones comprometedoras debido a la ausencia de mecanismos efectivos para verificar antecedentes o capacidades profesionales. Para resolver esto, el gobierno anterior inició un proceso legislativo cuya culminación es la actual ley. Esta contempla la creación de una plataforma computacional avanzada que centraliza información crítica sobre conductores y vehículos. Así, no solo se verifica que los conductores estén autorizados legalmente, sino también que los autos cumplan con especificaciones mínimas necesarias para proporcionar un servicio seguro y eficiente.
Entre los puntos más discutidos figuran las exigencias técnicas para los vehículos y su impacto potencial en los trabajadores del sector. El ministro profundizó en estos aspectos, ofreciendo claridad sobre qué vehículos cumplen con los requisitos y cómo se facilita la adaptación a la nueva normativa.
Un tema crucial es la cilindrada requerida para los automóviles utilizados en estos servicios. Aunque inicialmente parecía restrictiva, la norma adopta criterios flexibles que consideran equivalentes mecánicos, como la instalación de turbos, ampliando así las posibilidades de inclusión vehicular. Según datos citados por el ministro, la mayoría de los vehículos comercializados en Chile ya cumplen con estas especificaciones, minimizando el impacto negativo en quienes desempeñan actividades relacionadas con el transporte privado. Además, se introdujo una novedad significativa: la posibilidad de trabajar con cualquier vehículo registrado dentro de la empresa, lo que reduce considerablemente las barreras laborales y fomenta la adaptabilidad frente a cambios regulatorios.