En la región vasca, un servicio especializado en asistencia social ha manejado más de mil consultas telefónicas y cerca de 200 visitas presenciales cada año. Este programa, dirigido por profesionales sociales de IMQ Igurco, ofrece orientación gratuita sobre diversos temas relacionados con el cuidado personal y las ayudas disponibles. Con una expansión reciente hacia clínicas principales como Zorrotzaurre y Virgen Blanca, este servicio ha mejorado significativamente su accesibilidad. Entre los aspectos más consultados figuran unidades de recuperación funcional, planes de cuidado en el hogar y servicios legales. La finalidad es proporcionar soluciones adaptadas a las necesidades individuales, asegurando tranquilidad y apoyo profesional.
En el corazón del otoño dorado, cuando las hojas caen suavemente, IMQ Igurco tomó la iniciativa de ampliar sus servicios presenciales dentro de dos grandes centros médicos: Zorrotzaurre y Virgen Blanca. Estos espacios, liderados por Cristina Barcenilla, trabajadora social destacada, ofrecen respuestas rápidas y detalladas a preguntas sobre atención domiciliaria, dispositivos técnicos, reformas habitacionales y hasta asesoría legal. En Zorrotzaurre, por ejemplo, se puede encontrar a Barcenilla proporcionando orientación personalizada que incluye opciones desde residencias temporales hasta cuidados paliativos. Este enfoque integral permite a las familias enfrentarse a situaciones complejas con confianza y conocimiento.
Los datos muestran que anualmente se gestionan más de mil consultas telefónicas y casi 200 encuentros cara a cara. Este volumen refleja la creciente demanda de información clara y directa sobre cómo abordar etapas difíciles de la vida, como la dependencia o la fragilidad física.
Desde la perspectiva de un periodista, este servicio ejemplifica cómo la planificación anticipada y el acceso a recursos adecuados pueden transformar momentos de incertidumbre en oportunidades de empoderamiento. Las familias que han interactuado con este programa expresan sentirse no solo informadas, sino también comprendidas y apoyadas. Esto subraya la importancia de tener sistemas de ayuda accesibles y bien estructurados, capaces de responder a necesidades cambiantes en nuestra sociedad envejecida. Este modelo podría servir de inspiración para otras regiones que buscan mejorar sus servicios de atención integral.