El viaje a Vietnam cambió la vida del reconocido actor y director, quien enfrentó desafíos inesperados que pusieron a prueba su fortaleza. Tras contraer una bacteria durante su estancia en el país asiático, Llàcer experimentó complicaciones graves que lo llevaron a pasar más de un mes hospitalizado. Durante este período, tuvo que someterse a cuatro cirugías y incluso llegó a decir adiós a sus padres debido a la gravedad de su situación. A pesar de estos momentos difíciles, Llàcer encontró fuerzas para continuar su recuperación.
La recuperación ha sido un proceso lento pero constante. Al regresar a casa, Llàcer se esforzó por retomar sus actividades laborales, pero pronto se dio cuenta de que su cuerpo aún no estaba listo. Decidió tomar un descanso necesario para recuperarse plenamente y volver con mayor energía. En entrevistas recientes, compartió que ahora dedica tiempo a ejercicios y actividades físicas para mejorar su condición. Su perspectiva sobre la vida ha cambiado; valora cada momento y reconoce la importancia de cuidarse. Además, disfruta de los pequeños placeres, como pasar tiempo con amigos y familiares, quienes le brindaron un apoyo incondicional durante su convalecencia.
El incidente en Vietnam marcó un antes y un después en la vida de Llàcer. Allí, decidió probar alimentos callejeros pese a las advertencias, lo que probablemente fue el origen de su enfermedad. Los síntomas iniciales fueron alarmantes, pero fue al regresar a España donde la situación empeoró rápidamente. La infección se desarrolló hasta convertirse en una fascitis necrotizante, una condición que casi le cuesta la pierna. Sin embargo, esta experiencia le enseñó a apreciar cada día y a enfocarse en lo que realmente importa. Hoy, Llàcer sigue adelante con optimismo, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay esperanza y posibilidades de crecimiento personal.