Recetas
Un Viaje por las Sopas Colombianas a Través del Tiempo y la Cultura
2025-04-08

En un mundo donde todo ocurre a gran velocidad, Ana Belén Charry, una destacada cocinera y antropóloga colombiana, nos invita a detenernos y disfrutar de uno de los alimentos más antiguos y reconfortantes: la sopa. Desde sus orígenes milenarios hasta nuestros días, este caldo no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma. Con su libro "100 sopas colombianas", Charry nos sumerge en un viaje gastronómico que celebra nuestra diversidad cultural y regional.

A lo largo de seis años, Charry investigó profundamente cada rincón de Colombia para descubrir secretos culinarios ancestrales. Su enfoque único como "Antropochef" combina la ciencia antropológica con la pasión por la cocina tradicional. En este artículo, exploraremos cuatro recetas emblemáticas seleccionadas por ella, cada una representando un pedazo de nuestra identidad nacional.

La primera receta nos lleva al Pacífico colombiano con una crema de chontaduro, una preparación que mezcla sabores tropicales y especias exóticas. Esta sopa se destaca por su textura cremosa y aroma intenso, fruto de ingredientes locales como el anís estrellado y miel de abejas. La combinación entre dulce y salado crea una experiencia sensorial única que remonta a las raíces indígenas de esta región.

Otra joya de la cocina colombiana es el sancocho de gallina, una receta familiar que ha pasado de generación en generación. Según Charry, el secreto radica en marinar previamente las presas de gallina durante dos días antes de cocinarlas. Este proceso intensifica los sabores naturales, convirtiendo cada bocado en una explosión de aromas y texturas. La inclusión de plátanos verdes, arracachas y papas completa esta obra maestra culinaria.

No podemos olvidar la cazuela de mariscos, una sopa que fusiona elementos costeros con técnicas modernas. La autora revela cómo esta receta se prepara en ollas artesanales de La Chamba, que conservan perfectamente el calor. El uso de leche de coco y fécula de maíz crea una base cremosa que envuelve los mariscos frescos, transformándolos en un manjar digno de cualquier mesa festiva.

Finalmente, llegamos al icónico ajiaco, una sopa que refleja la historia misma de Bogotá y sus alrededores. A través de sus variaciones regionales, desde pollo hasta cordero, este plato muestra cómo las necesidades locales moldearon su evolución. Las guascas, una hierba típica, junto con papas de distintas variedades, son responsables de darle ese toque especial que lo hace inconfundible.

Con estas recetas, Ana Belén Charry no solo nos enseña cómo preparar sopas, sino que también nos conecta con nuestras raíces culturales. Cada taza nos transporta a diferentes épocas y lugares, recordándonos que incluso en un mundo apresurado, siempre habrá espacio para disfrutar lentamente de un buen caldo.

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