En plena temporada de alcachofas, surge una oportunidad única para disfrutar de su sabor único y sus beneficios nutricionales. Este vegetal es un tesoro oculto que aporta antioxidantes, vitaminas y propiedades diuréticas. A pesar de que su preparación puede parecer laboriosa, el resultado final justifica cada esfuerzo.

La receta de crema de alcachofas se enriquece con el agregado de calabacín, lo cual no solo reduce costos sino que también suaviza su intenso sabor. El proceso comienza con la selección cuidadosa de las alcachofas frescas, cuyo sabor supera significativamente al de las conservas. Luego, se someten a un salteado delicado junto con trozos de calabacín antes de sumergirse en un caldo de verduras durante media hora hasta alcanzar la textura deseada. Finalmente, se tritura todo junto con nata para lograr una consistencia cremosa, pasándolo por un colador para eliminar las hebras indeseadas.

Celebrar los sabores estacionales nos permite apreciar la diversidad y riqueza de nuestra dieta. Las alcachofas representan un excelente ejemplo de cómo los ingredientes locales pueden transformarse en platillos exquisitos. Además, esta receta invita a experimentar con otras combinaciones de verduras, promoviendo así una cocina más sostenible y creativa. La posibilidad de congelar grandes cantidades de crema abre nuevas puertas para disfrutar de este manjar durante todo el año, fomentando una alimentación consciente y saludable.