En una noche cargada de emociones, el Real Madrid intentó escribir una página épica en su historia europea contra el Arsenal, pero las decisiones arbitrales y un rival sólido truncaron sus aspiraciones. El partido, marcado por momentos polémicos y una intensa presión del público local, vio cómo la remontada quedaba enterrada tras una serie de decisiones controvertidas que inclinaron la balanza hacia los ingleses. A pesar de los esfuerzos desplegados sobre el césped, el marcador final reflejó una realidad implacable: el Madrid se despide de la Champions League antes de semifinales por primera vez desde 2020.
Antes incluso del pitido inicial, el ambiente era electrizante. Más de diez mil aficionados rodearon al autobús del equipo en la plaza de los Sagrados Corazones, bajo una lluvia constante y bengalas que iluminaban la escena. Este apoyo fue crucial para crear un ambiente de entrega total desde el primer minuto. La hazaña histórica parecía posible cuando Courtois detuvo magistralmente un penalti a Saka, levantando la moral del equipo blanco. Sin embargo, las acciones del VAR pronto comenzaron a alterar el curso del encuentro.
El primer gran momento de incertidumbre llegó en el minuto 10, cuando el árbitro François Letexier detuvo el juego tras un córner ejecutado por el Arsenal. Tras una revisión prolongada, señaló un penalti a favor del Madrid debido a un agarrón de Asensio sobre Merino. Aunque Courtois volvió a brillar con una atajada decisiva, la alegría duró poco. Pocos minutos después, otra intervención del VAR anuló un gol de Mbappé por fuera de juego, dejando al Bernabéu sumido en la frustración.
Mientras tanto, la tensión aumentaba en ambos bandos. El técnico Carlo Ancelotti introdujo cambios ofensivos con la entrada de jugadores como Fran García, Ceballos y Endrick, buscando reavivar la chispa perdida. Sin embargo, el Arsenal mostró su superioridad táctica mediante contragolpes letales liderados por Martinelli y Saka, quienes demostraron ser imparables ante Lucas Vázquez y Alaba. Las protestas del banquillo blanco y la tarjeta amarilla recibida por Raya subrayaron la creciente frustración en el campo.
A medida que transcurrían los minutos, el silencio comenzó a apoderarse del estadio. Un gol de Saka selló definitivamente las esperanzas de remontada, mientras un lesionado Mbappé abandonaba el terreno de juego. El único consuelo llegó con un tanto histórico de Vinicius, aunque ya era demasiado tarde para cambiar el destino del encuentro.
Tras el partido, Lucas Vázquez destacó la importancia de seguir adelante, reconociendo errores pero resaltando el espíritu del equipo. “El madridismo sabe que siempre damos todo en cada partido”, afirmó, prometiendo que el club volverá más fuerte en futuras competiciones. Ahora, la atención se centra en la Liga y la Copa, donde el equipo buscará redimirse y cerrar una temporada llena de aprendizajes y retos por delante.