En un mundo donde la tecnología y el acceso a información desregulada son constantes, es crucial que los jóvenes reciban una formación adecuada sobre sexualidad. La doctora Miriam Al Adib, especialista en ginecología y sexología, destaca cómo la educación sexual puede transformar la percepción distorsionada que muchos adolescentes tienen debido al impacto de internet y el contenido adulto.

Un reto importante para las familias modernas es encontrar el momento adecuado para abordar estos temas con sus hijos. Según Al Adib, no existe una edad específica para comenzar estas conversaciones; más bien, se trata de estar atentos a las señales del niño o adolescente. Lo fundamental es crear un ambiente de confianza donde las preguntas sean bienvenidas desde temprana edad. Este enfoque permite que los jóvenes busquen orientación en sus padres en lugar de depender de fuentes poco confiables como videos en línea o mitos entre pares.

El papel de los adultos va mucho más allá de ofrecer datos biológicos básicos. Es necesario enseñar valores como el respeto mutuo, la responsabilidad y la reciprocidad en cualquier relación interpersonal. Estas cualidades son clave para desarrollar una autoestima saludable que proteja a los adolescentes de situaciones abusivas o manipulativas. Además, la experta enfatiza la importancia de hablar sobre consentimiento y límites claros, conceptos que suelen ser tergiversados por influencias culturales y mediáticas.

Entender la sexualidad humana implica explorar tanto sus aspectos positivos como negativos. Al proporcionar una visión equilibrada, los jóvenes pueden tomar decisiones informadas que prioricen su bienestar físico y emocional. Una educación sexual integral no solo previene problemas como infecciones de transmisión sexual o embarazos no deseados, sino que también fomenta relaciones sanas basadas en el entendimiento y la empatía. Este enfoque holístico ayuda a construir sociedades más justas y empoderadas, donde cada individuo pueda vivir plenamente su identidad sin miedo ni prejuicios.