Desde esta semana, un nuevo convenio entre los colegios farmacéuticos y el Sergas ha entrado en vigor. Este acuerdo permite a los pacientes que requieren medicamentos no demorables obtener sus fármacos directamente en las farmacias. Si bien este programa ha sido bien recibido por los profesionales de la salud, también se reconoce que implica una carga adicional de trabajo para los farmacéuticos. Bárbara Cancela, de la farmacia Central de Baio, es una de las profesionales que ha destacado tanto los beneficios como los desafíos de esta iniciativa.
El convenio establecido recientemente busca mejorar la accesibilidad a ciertos medicamentos esenciales para aquellos que no pueden esperar tiempos prolongados. Este cambio en el sistema de distribución tiene como objetivo principal garantizar que los pacientes puedan recibir sus tratamientos sin interrupciones. Sin embargo, con esta nueva responsabilidad, los farmacéuticos ahora deben gestionar tareas adicionales, lo que puede afectar su ya ajustada rutina diaria.
Bárbara Cancela, una profesional experimentada en la farmacia Central de Baio, expresó su apoyo al programa pero también subrayó la necesidad de equilibrar la eficiencia con la calidad del servicio. Según ella, aunque la iniciativa facilita el acceso a medicamentos cruciales, aumenta la carga laboral en las farmacias. "Nos alegra poder ayudar más a nuestros pacientes, pero también debemos encontrar formas de manejar esta nueva demanda sin comprometer la atención personalizada", señaló Cancela.
Este convenio representa un paso significativo hacia la mejora de la atención sanitaria, especialmente para aquellos que dependen de medicamentos esenciales. A pesar de los desafíos operativos que presenta, los beneficios potenciales para la salud pública son indudables. Los profesionales de la salud continúan evaluando cómo optimizar este proceso para asegurar que tanto los pacientes como los farmacéuticos se beneficien plenamente de esta innovación en el sistema de salud.