En un partido lleno de tensión y momentos clave, el Barcelona logró imponerse por la mínima ante un Leganés bien organizado tácticamente. El único tanto del encuentro llegó tras un autogol de Jorge Sáenz, lo que permitió a los azulgranas consolidarse en la cima de la tabla clasificatoria. Sin embargo, el equipo sufrió una baja sensible con la lesión muscular de Alejandro Balde, quien tuvo que ser sustituido antes de tiempo, dejando Gerard Martín como su reemplazo destacado.
El primer tiempo estuvo marcado por la solidez defensiva del Leganés, que frustró constantemente las intenciones ofensivas del Barcelona. A pesar de algunas llegadas peligrosas, como un disparo de Koundé desviado por Dmitrovic, el conjunto local mostró un equilibrio entre ataque y defensa que complicó al rival. En el segundo tiempo, un error defensivo derivó en el gol decisivo para los visitantes, aunque el Leganés continuó luchando hasta el final, incluso anotando un gol anulado por fuera de juego.
El inicio del enfrentamiento se caracterizó por la firmeza defensiva de los locales, quienes mantuvieron bajo control al poderoso Barcelona durante gran parte del primer acto. Pese a las múltiples aproximaciones del equipo azulgrana, estas no terminaron en acciones claras de peligro debido a la sólida estructura planteada por Borja Jiménez.
Los esfuerzos del Barcelona quedaron reflejados en un tiro de Koundé que Szczesny salvó con una espectacular intervención. Mientras tanto, el Leganés demostró tener recursos ofensivos, exigiendo al guardameta visitante en varias ocasiones. Una de ellas fue cuando Altimira casi perforaba la meta tras una jugada individual de Raba. Este panorama obligó al Barça a buscar alternativas creativas, pero encontraron dificultades adicionales cuando Balde abandonó el campo lesionado, siendo reemplazado por Gerard Martín.
A medida que avanzaban los minutos, el orden defensivo del Leganés sofocaba cada vez más las aspiraciones del Barcelona. Araujo, encargado de construir desde atrás, no encontraba espacios para desarrollar su juego habitual. Antes del descanso, los locales pusieron en aprietos a los azulgranas con disparos de Raba y una acción colectiva que generó nerviosismo en la zaga visitante.
Tras el descanso, Hansi Flick introdujo cambios estratégicos incluyendo la entrada de Frenkie de Jong, buscando romper el bloque defensivo adversario. La modificación dio frutos cuando una recuperación de balón por parte de Gerard Martín condujo a un centro preciso de Raphinha hacia Lewandowski, forzando a Sáenz a marcar en propia puerta.
Inmediatamente después del gol, Fermín tuvo una oportunidad clara para ampliar la ventaja, pero su remate se marchó desviado. Las protestas surgieron cuando el Leganés reclamó penaltis por contactos en Íñigo Martínez y Gerard Martín, aunque ni el árbitro ni el VAR respaldaron dichas decisiones. El partido siguió siendo intenso, con el Leganés acercándose peligrosamente al empate mediante un gol anulado a Raba por posición antirreglamentaria.
En los minutos finales, el Leganés presionó con fervor, especialmente cuando Diego conectó un remate que pasó cerca del poste. Por su parte, el Barcelona luchó para mantener la ventaja, evitando así que Munir pudiera igualar el marcador en un contragolpe. Con este resultado, el equipo catalán fortalece su posición en la clasificación, aunque deberá gestionar cuidadosamente las bajas y las exigencias futuras del calendario.