En una tarde llena de emoción y destreza, la apertura de la feria de Fallas en Valencia destacó por las impresionantes actuaciones de tres jóvenes novilleros. Aarón Palacio, Marco Pérez y Juan Alberto Torrijos se llevaron el reconocimiento del público al cortar cada uno una oreja. La jornada marcó un hito para estos talentosos jóvenes, quienes demostraron su habilidad y valentía frente a los desafíos que presentaron los utreros de Talavante.

Destellos de Brillantez en la Plaza de Toros de Valencia

El sábado 8 de marzo de 2025, en una tarde nublada que amenazaba con lluvia, la plaza de toros de Valencia fue testigo de una memorable inauguración de la feria de Fallas. Los espectadores presenciaron actuaciones sobresalientes de los novilleros Aarón Palacio, Marco Pérez y Juan Alberto Torrijos. Estos jóvenes promesas del toreo dieron muestra de su temple y habilidad, logrando cada uno pasear una oreja.

Aarón Palacio, originario de Aragón, abrió la temporada en plazas de primera categoría con gran solidez. Su actuación ante dos utreros de Talavante fue notable tanto por su arte como por su técnica. En su primer encuentro, Palacio realizó una faena ejemplar, destacando por sus muletazos precisos y su capacidad para manejar un animal que no mostraba mucha fuerza. Con su segundo utrero, enfrentó más dificultades debido al comportamiento brusco del animal, pero supo mantenerse firme y ligar una serie de derechazos con gran aguante.

Marcó Pérez, quien abrirá la temporada de alternativa en Nimes a finales de primavera, también dejó huella con su primer utrero, un ejemplar de mayor calidad. Después de un inicio algo lento, Pérez logró conectar con el animal en varias series de muletazos diestros, mostrando mandato y despaciosidad. Sin embargo, con su segundo utrero, que se defendió con aspereza, no pudo resolver con la misma facilidad.

Juan Alberto Torrijos, el novillero local, cerró la tarde con su sexto utrero, en medio de una leve lluvia. A pesar de las complicaciones del animal, Torrijos logró trastearlo con entusiasmo y finalizó con una estocada fulminante que mereció una fuerte petición de oreja por parte del público.

La tarde concluyó con un tercio del aforo cubierto, unos 4.000 espectadores, quienes disfrutaron de una exhibición de valentía y habilidad que augura un futuro brillante para estos jóvenes toreros.

Desde la perspectiva de un aficionado, esta tarde en Valencia ha sido un testimonio del renacimiento del toreo. Los jóvenes novilleros han mostrado que la tradición sigue viva y que hay un nuevo grupo de talentos listos para llevar el arte taurino a nuevas alturas. Su valentía y dedicación son un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, siempre habrá lugar para el esplendor y la pasión en las plazas de toros.