En un paso significativo para mejorar la continuidad del tratamiento de los pacientes con enfermedades crónicas, las autoridades sanitarias gallegas han implementado una nueva medida. A partir del 24 de febrero, los farmacéuticos locales podrán proporcionar medicamentos a aquellos individuos que se encuentren sin receta debido a diversas circunstancias. Esta acción excepcional, limitada a situaciones de alto riesgo clínico, permite a los profesionales de las farmacias evaluar la necesidad urgente y contactar con especialistas para validar el suministro. Entre los fármacos cubiertos figuran tratamientos esenciales para condiciones como la diabetes, epilepsia y trasplantes.
A través de un acuerdo formalizado este martes, el responsable de Salud de Galicia ha establecido un protocolo innovador junto a los colegios profesionales de farmacéuticos. Este convenio permitirá a los dispensadores de medicamentos actuar como un enlace crucial entre los médicos y los pacientes que requieren atención inmediata. En caso de que un paciente llegue a la farmacia sin su prescripción habitual, el personal verificará si existe un déficit inminente de medicación durante las próximas 72 horas. Si se confirma esta situación y el fármaco está dentro del catálogo predefinido por las autoridades regionales, se pondrá en contacto con un profesional médico designado por el sistema sanitario autonómico para aprobar el suministro temporal.
El nuevo protocolo contempla un amplio espectro de medicamentos destinados a tratar patologías crónicas de gran relevancia. Estos incluyen soluciones terapéuticas para controlar niveles de glucosa en sangre, prevenir convulsiones en personas con epilepsia, gestionar síntomas psiquiátricos severos, mantener la integridad del sistema inmunológico después de un trasplante y regular funciones cardíacas vitales. Cada uno de estos tratamientos requiere una administración precisa y continua para garantizar la efectividad del cuidado del paciente y evitar complicaciones potencialmente graves.
Esta iniciativa responde a una necesidad crítica identificada por el sistema sanitario regional, buscando minimizar los riesgos asociados con interrupciones no planificadas en el suministro de medicamentos. Al proporcionar un mecanismo flexible y seguro, las autoridades esperan mejorar la calidad de vida de los pacientes crónicos y reducir la carga sobre los servicios de emergencia. Este enfoque proactivo demuestra el compromiso continuo del gobierno autonómico con la salud pública y la seguridad del paciente.