En una reunión crucial celebrada el 25 de junio de 2024 en Las Rozas, el equipo encargado de evaluar los estadios candidatos para el Mundial 2030 enfrentó serias dificultades en su proceso de evaluación. Dirigida por María Tato, directora de la Candidatura, esta sesión reveló desacuerdos significativos sobre los criterios de valoración y terminó con un ranking inicial que incluía al estadio vigués de Balaídos entre los seleccionados. Sin embargo, este resultado fue rápidamente modificado sin justificación formal ni consulta con todo el equipo, favoreciendo a Anoeta.
En una jornada cargada de tensiones, durante más de tres horas, el grupo liderado por María Tato analizó minuciosamente cada una de las sedes propuestas. En su despacho, acompañada por Fernando Sanz y Joana Soares, emergieron dudas fundamentales sobre cómo interpretar correctamente los baremos establecidos por la FIFA. A medida que avanzaban, se tornaba evidente la falta de claridad en aspectos como infraestructuras urbanas, conexiones aéreas y ferroviarias, así como antecedentes deportivos relevantes de las ciudades.
Particularmente problemático resultó determinar qué constituye una conexión adecuada entre sedes, llegando incluso a cuestionar si eventos musicales podían considerarse relevantes. Los participantes expresaron su frustración ante la complejidad del proceso, reconociendo que algunos baremos parecían duplicados o mal definidos. La presión por cumplir plazos añadía tensión, especialmente cuando debatían asignaciones apresuradas de puntuaciones máximas sin información suficiente.
A pesar de estas dificultades, finalmente se estableció un ránking preliminar donde Vigo aparecía como la undécima opción seleccionada. Sin embargo, apenas dos días después, sin convocar nuevamente al equipo completo ni proporcionar explicaciones convincentes, se ajustaron puntajes clave modificando drásticamente el orden final.
Desde una perspectiva ética y profesional, este cambio abrupto levanta serias inquietudes sobre la transparencia y objetividad del procedimiento seguido. El hecho de que tan solo ciertos miembros tuvieran conocimiento de ambas versiones del Excel genera dudas adicionales sobre posibles influencias externas o intereses particulares en juego.
Finalmente, tras semanas de deliberaciones internas, el 19 de julio se anunciaron oficialmente las once sedes escogidas, excluyendo definitivamente a Vigo mientras incorporaban otras opciones previamente marginadas.
Este caso subraya la importancia de mantener procesos de decisión claros, documentados y abiertos a la revisión. Como periodista observador, es preocupante notar cómo decisiones tan trascendentales pueden verse afectadas por factores no explícitos o cambios repentinos sin fundamentación sólida. Refuerza la necesidad de establecer protocolos estrictos que garanticen la equidad y transparencia en futuros proyectos similares.