En el valle de Ica, el cultivo de arándanos se ha convertido en una actividad agrícola destacada gracias a la implementación de tecnologías avanzadas y un manejo cuidadoso del suelo y el agua. Miguel Abregú, Gerente Agrícola Sur de Complejo Agroindustrial Beta, destaca que el éxito radica en respetar los requerimientos químicos del suelo y del agua. La empresa ya cuenta con 469 hectáreas en producción y tiene planes de expansión para alcanzar las 669 hectáreas en 2026. Además, se han adoptado técnicas como la ósmosis inversa para tratar el agua de riego y el uso de contenedores para mejorar la productividad y calidad del fruto.

Desarrollo Sostenible del Cultivo de Arándanos en el Valle de Ica

En el corazón del valle de Ica, durante los últimos cinco años, se ha llevado a cabo una transformación significativa en el cultivo de arándanos. Miguel Abregú, con décadas de experiencia en agricultura, ha liderado este cambio en Complejo Agroindustrial Beta. El énfasis principal ha sido en el respeto a la química del agua y del suelo, aspectos cruciales para garantizar la salud y productividad de las plantas. En este período, la empresa ha pasado de cultivar en suelo directo a utilizar contenedores, lo que ha resultado en mejoras notables en la calidad y cantidad de los frutos.

El cultivo de arándanos requiere un manejo preciso de la conductividad eléctrica y la salinidad del agua, manteniendo la salinidad por debajo de uno y el pH entre 5,5 y 6. Para lograr esto, se han aplicado técnicas como la mezcla de chip de pino y azufre en las primeras etapas del cultivo en suelo. Sin embargo, actualmente, la mayoría de las nuevas plantaciones se realizan en contenedores, donde se pueden controlar mejor estas variables.

Otro factor clave es el tratamiento del agua de riego mediante ósmosis inversa. Los pozos en la región proporcionan agua con alta conductividad eléctrica, que se reduce drásticamente para adaptarse a las necesidades del arándano. Este proceso no solo mejora la calidad del agua sino también su acidez, creando un ambiente óptimo para el desarrollo de las raíces.

A pesar de los desafíos climáticos y la escasez de mano de obra, el valle de Ica ofrece condiciones favorables para el cultivo de arándanos. El clima seco y estable minimiza la presión de plagas y enfermedades, aunque se deben monitorear constantemente factores como el trips y la Botritis. Además, la empresa busca variedades más firmes y grandes para mantener la competitividad en mercados internacionales.

Desde el punto de vista de un lector interesado en agricultura sostenible, este informe destaca la importancia de la innovación y el manejo responsable de recursos naturales. El cultivo de arándanos en Ica es un ejemplo de cómo la tecnología y la adaptabilidad pueden conducir al éxito en la agricultura moderna. La adopción de prácticas como la ósmosis inversa y el uso de contenedores demuestra que es posible producir alimentos de alta calidad mientras se protege el medio ambiente. Además, el compromiso con la investigación de nuevas variedades genéticas asegura un futuro prometedor para esta industria en crecimiento.