Una reciente polémica ha surgido en el País Vasco tras la inclusión de las angulas a la cazuela en una lista internacional de los peores platos del mundo. Este acontecimiento ha desatado un intenso debate sobre la subjetividad del gusto y la necesidad de comprender el contexto cultural y culinario de cada región. A pesar de esta clasificación, la gastronomía vasca sigue siendo reconocida como uno de los pilares culinarios más importantes del mundo.
En medio de un otoño dorado, la prestigiosa enciclopedia gastronómica Taste Atlas publicó su edición anual de los mejores y peores platos del mundo. Para sorpresa de muchos, las angulas a la cazuela, un plato emblemático del País Vasco, obtuvo una puntuación de apenas 2,3 sobre 5, ubicándose en el puesto número 19. Esta calificación se basa en las opiniones de casi 600,000 personas de todo el mundo, incluyendo 40,000 votos seleccionados para garantizar transparencia.
Las angulas, pequeñas crías de anguila, han sido durante siglos un manjar apreciado en la cocina vasca. Preparadas con ingredientes frescos y sencillos como ajo, guindilla, aceite de oliva y sal, este plato es tradicionalmente servido en una cazuela de barro y degustado con un tenedor de madera. Sin embargo, la exclusividad y el alto precio de las angulas, debido a su escasez, hacen que este plato sea reservado para ocasiones especiales, lo que podría influir en la percepción de quienes no están familiarizados con su sabor único.
Otros platos españoles también fueron incluidos en la lista, como las faves a la catalana, un estofado tradicional de Cataluña, y el bocadillo de carne de caballo valenciano, ambos con la misma puntuación de 2,3.
La reacción en el País Vasco fue inmediata. Muchos defensores de la gastronomía local argumentan que esta calificación no refleja la riqueza culinaria de la región. Para ellos, las angulas representan no solo un manjar exquisito sino también una parte integral de su patrimonio cultural.
Desde la perspectiva de un lector, esta controversia nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar y respetar la diversidad culinaria global. Cada plato, por muy desconocido que pueda parecer para algunos, tiene un significado profundo y una historia detrás. La gastronomía, al fin y al cabo, es mucho más que un simple acto de comer; es una expresión de identidad y tradición que merece ser apreciada en su contexto.